Capítulo 17

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Bastian

Me preparé en la mañana para asistir al colegio. Agarré mis audífonos y salí cuando terminé de alistarme.

  Caminé más lento de lo normal, estuve todo el rato mirando hacia atrás. Tenía la esperanza de encontrarme a Adelyne como todos los días. Y no me desepcioné al verla.

  Me quedé parado frente a ella, esperándola. Hoy estaba diferente. Llevaba una blusa de color rosa claro, una chaqueta de mezclilla encima y unos jeans de color azul claro. Se veía radiante, esa ropa le queda espectacular.

  Estuve mirándola un poco embobado hasta que se paró justo delante de mí.

—¡Hola! —me saludó sonriendo.

—¡Hey Gatita! Me hiciste caso —le correspondí el saludo y la sonrisa.

  Le hice un gesto con mi mano para que caminara a mi lado.

—Sabes que no es por hacerte caso, es porque no me conviene exponerme al sol y porque busqué en internet y todo lo que me dijiste era cierto Cuando se lo conté a mi mamá prácticamente me obligó —justificó sus acciones.

—Sí, claro —le dije riendo, sabía que sólo se estaba excusando.

—Es en serio —protestó.

—Yo no he dicho nada Gatita, no maulles.

  Seguí riéndome en todo el camino, molestándola y haciéndola sacar sus garras de gatita.

  El día de hoy fue muy normal, excepto por las nuevas publicaciones del sitio de la escuela. Ahora ponían fotos de Adelyne y Ricardo. Decían que me había traicionado con él. También pusieron una foto en la que está Adelyne cerca de Ricardo y el encabezado decía:

"¡Incluso se besaron!"

  Ver esto eliminó el buen humor con el que había empezado el día.

  No pude aguantar y en un turno libre le pregunté a Adelyne sobre el tema.

—Esto es difamación, nada de eso es cierto. ¿Quién en el mundo se dedica a hacer semejante cosa? —bramó furiosa.

—¿Estás diciendo que no es cierto? ¿Y por qué están tú y Ricardo tan cerca? ¿Se besaron? —pregunté indignado.

—¿Por qué te alteras? Te estoy diciendo que no es cierto. Sólo estábamos actuando y nunca nos besamos —chilló. —Además, ¿qué te incumbe eso a ti? Las cosas que hago y con quién las hago no deberían preocuparte.

  Entoces sí me tuve que quedar callado, no tenía una respuesta para ello. Es más, ni yo sabía el por qué. O a lo mejor sí lo sabía, pero no quería admitirlo.

  Ese día estuve enojado hasta conmigo mismo. No le hablé más a Adelyne ni a nadie.

  En la hora del almuerzo me distraje mirando a Ricardo y a Adelyne que se habían sentado juntos.

—Si no es cierto lo que publican ¿para qué se sientan juntos? Lo único que están resolviendo es que las personas sigan hablando y publicando cosas extrañas —dije hablando en voz alta conmigo mismo, mientras se enfriaba la comida que tenía delante.

—¿Qué dices? —me preguntó Sophie.

  Di un pequeño salto en el puesto, porque no me había dado cuenta que Sophie se había sentado al lado mío.

—Nada —negué.

—¡Oh! Ya veo, estás mirando a Ricky y Ade. ¿Viste lo que han publicado? ¿Quién sabe? A lo mejor les va bien juntos. —Me dijo hurgando más en la herida, cosa que me irritó e hizo que creciera el pequeño fuego que estaba dentro de mí.

Blanco. El color de mi Mundo. [En Proceso...]Where stories live. Discover now