003

3.1K 269 13
                                    



J | JAMES BYERS.

Estaba terminando mi segunda clase, ahora tenía tiempo libre. Por lo que decidí salir un poco para fumar un cigarrillo.

—¿Desde cuando fumas?-pregunto Nancy Wheeler.

—¿Te incumbe?-la mire con el ceño fruncido.

—Deberías ser más amable, así podrías llegar a tener amigos.

—La amabilidad se me da depende el día. Además no necesito amigos.-le di una calada a mi cigarrillo.

—Los necesitaras.

—Entonces los buscaré.

—Da igual, nos vemos James.-entro a la preparatoria.

Nancy y yo éramos muy amigas, pero eso era cuando éramos más pequeñas. Cuando cumplimos doce años, nos separamos. No hubo un porque, simplemente sucedió. Tuve unos cuantos "amigos" pero siempre solían alejarse de mi, creo que yo siempre fui el problema. Ahora solo tengo a uno; "Derek" mi amigo desde los ocho años.

—Virgen James.-Habló Tommy.—¿Que tal está tu hermano, el Zombie?-Cerré mi puño con fuerza.

—Mira, Tommy.-Apague mi cigarrillo.—Más vale que dejes de hablar de mi hermano.

—Solo bromeó.-Alzo las manos, excusándose.

—No es gracioso, no sabes por lo que mi familia y yo pasamos.-contuve las lágrimas al recordar.—Así que deja de hablar de mi y mi familia.

—Hey, James. Deja de ser una mariquita.

—¡Y tú deja de ser un metiche y hablar mierda de las personas!-mis lágrimas comenzaron a brotar.—Espero tu y tu familia nunca pasen por lo mismo que la mía, porque todo lo que nos pasó ha sido un infierno. ¡Y lo seguirá siendo mientras existan personas cómo tú!-tome mi mochila y la ajuste a mis hombros.

—Aparte de Virgen, loca.-carcajeó junto con sus amigos.

—Imbecil...-entre corriendo a la preparatoria.

Iba tan rápido que por distraída choque con alguien y oh sorpresa era el rubio californiano.

—¡Fíjate por donde vas, perra!-Me dio un leve empujón. Tal apodo le reste importancia, me habían llamado de peores formas, así que digamos que estaba acostumbrada a eso.

—Yo...-asentí levemente, limpié mis lágrimas y caminé a pasos rápidos hacia el baño. No tenía ganas de discutir, así que preferí ignorarle.

Lave mi rostro con agua, y lo seque con una toalla de papel. Mire mi reloj, que se encontraba en mi muñeca izquierda. Ya era hora de mi siguiente clase, así que caminé hacia él aula correspondiente.

Entre a él aula, los únicos lugares que había eran uno a él frente o el otro en la última fila, pero a el lado de Hargrove. Preferí sentarme a el frente.

—Señorita Byers, ¿podría ayudarme a entregar estos trabajos?-señalo unas impresiones.

—Por supuesto, profesor.-me pare de mi asiento y comencé a repartir las hojas.

—Gracias, James.-agradeció un chico. Yo solo le sonreí y seguí repartiendo.

—Byers.-El rubio habló. Lo mire, pero este no dijo nada.

Volví a mi asiento, pues ya había terminado de repartir.

—Gracias, Byers.-Agradeció el profesor.—Ahora respondan y después me lo entregan. 

Respondí y lo revisé unas dos veces más. Una  vez me convencí que estaba bien, fui a entregarlo.

—Excelente, Señorita.-Sonrió.—Puede salir.

YOU BELONG WITH ME | BILLY HARGROVEWhere stories live. Discover now