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J | JAMES BYERS.

—¡Un día para Halloween!-Will corrió hacia mi.

—¿Me compartirás caramelos?-Asintió con emoción.

—Jimmy, se te hace tarde para las clases de tenis, cielo.-Dijo mi madre entrando a la cocina.

—Mamá, ya tienes lo que te pedí.-Pregunté con una gran sonrisa.

—Si, pero aún no entiendo porque irás disfrazada de...-La interrumpí.

—Se me hace tarde.-Corrí por mi mochila de entrenamiento y por mi raqueta.—Jonathan me llevará.-Dije una vez volví.

—¡Jonathan!-Mi madre le grito a mi mellizo.

—¡Ya voy!

—Dile que lo esperaré en el auto.-Tomé las llaves y fui hacia el auto.

Subí a el asiento de el copiloto y encendí el auto. Al menos sabía encenderlo, Jonathan no me quería enseñar a conducir. ¿Razón? No la había.

—¿Lista?-Pregunto Jonathan subiendo a el auto. Asentí cómo respuesta y arrancó el auto.

—Después de el entrenamiento tengo que ir a casa de Rosier, ¿recuerdas?

—¿Para que?

—Tenemos un trabajo juntas.

—Solo te podré ir a dejar, tengo cosas que hacer.

—Yo de ahí me voy en bus hacia el trabajo.

—Bueno, igual me hablas para ir por ti cuando salgas de trabajar.-Asentí lentamente.

Jonathan siguió conduciendo hasta que por fin llegamos.

—Te estaré viendo desde las gradas.-Señalo el lugar.

—Está bien, cuida mi mochila.-Se la entregue.

—Suerte.

—Gracias.-Bese su mejilla, este se quejó, pero yo solo sonreí.

Con mis hermanos y madre solía ser muy amorosa, a el punto de aveces fastidiarlos de tantos besos y abrazos.

—¿Byers, estás lista?-Pregunto el entrenador.

—Si.

Desde casa, ya me había puesto la ropa de entrenamiento. Empecé mi entrenamiento, esta vez duraría dos horas.

—Muy bien, pueden irse.-Dijo el entrenador.—Bien hecho, James.-Sonrió.

—Gracias.-Sonreí y corrí hacia mi hermano.

—¿Todo bien?-Pregunto.

—Si. Iré a ducharme.-Asintió.

—Te esperare en el auto.-Me entregó mi mochila y me quito la raqueta, la cual ya no usaría.

Fui a las duchas y tomé un baño largo. Solo para quitarme el sudor y el calor de mi cuerpo.
Me cambie con ropa cómoda, un overol de mezclilla y debajo un cárdigan beige. Peine mi cabello, me puse mis zapatos y una vez terminé salí hacia el auto. Deje mi mochila en la parte trasera de el auto, y después subí a el asiento del copiloto.

—Me llamas cualquier cosa, o puedes llamar a mamá si es que ya no estoy en casa.-Dijo mi mellizo una vez llegamos a casa de Rosier.

—Está bien, Jon.-Sonreí.—Te quiero.-Salí de el auto y fui por mi mochila.

—También te quiero, Jimmy. — Ve con cuidado.

—Gracias, adiós.-Me despedí y caminé hacia la casa.

YOU BELONG WITH ME | BILLY HARGROVEWhere stories live. Discover now