YOU BELONG WITH ME | BILLY HARGROVE

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B | BILLY HARGROVE.

—¿Entonces la Virgen de Byers y tú son amigos?

—No.

—¡No puede ser!-Dijo el pecoso comenzando a reír.

—¿Que?

—¿Te acuestas con James? Ya no es la Virgen James, ¡¿se lo has quitado?!

—Para nada, yo no me metería con esa idiota.-Le di una calada a mi cigarrillo.—Antes me acostaría con alguna profesora que con ella.

—Por un momento creí que le habías quitado lo santa a la rarita.

—Nada de eso, solo somos compañeros y ya.

—Menos mal.

—Vamos, tenemos entrenamiento.-Dije caminando hacia el gimnasio.

En cuanto entre, fije mi vista en James, quien reía junto a una de sus compañeras de la orquesta.

—¿Solo compañeros y ya?-Pregunto Tommy con tono burlón.—No lo parece.-Dio palmadas a mi espalda.

Lo ignore y fui hacia las porristas.

—Hola, Billy.-Me saludo una chica.

—Hola.-Sonreí.

Me quite la camiseta, la cual me gustaba quitarme cuando entrenaba. Mire a James, esta sintió mi mirada y se giró hacia mi. En cuanto me vio hizo cómo si quisiera vomitar, reí y le saqué el dedo medio. Esta negó lentamente y volvió a mirar a su compañera.

—¡Billy, ven acá!-Me grito el pecoso.

Me acerque a el chico.—¿Voy primero?-Pregunte.

—Sí, vas primero.

(...)

Estaba saliendo de las duchas y me dirigí nuevamente a el gimnasio. Mi mirada se dirigió a James, quien dibujaba sentada en las gradas. Ya no había nadie más que nosotros dos, los demás ya se habían ido a sus respectivas casas.

—Hola, Idiota.-La salude y me senté junto a ella.

—¿Que quieres?-Pregunto con mal humor.

—¿Disculpa?

—Lo siento, es que una chica me acaba de hacer enojar.-Cerro su cuaderno con furia.

—¿Quien?-Fruncí el ceño.

—Una porrista.-Movió su mano restándole importancia.

—¿Que te dijo?

—Nada importante.-Comenzó a guardar sus cosas.

—Cómo sea.

—Oye.-Se levantó de el asiento.—Iras a mi casa o yo a la tuya.

—¿Para que iría yo a tu casa o tú a la mía?

—Para el trabajo que tenemos que terminar esta semana.

—¿Tenemos trabajo?

—Todo el tiempo.-Suspiro.

—¿Puede ser en la tuya? Mi padre estará todo el día en casa y no me apetece verle la cara.

—Está bien, pero tendré que verte más tarde.-Colgó su mochila en sus hombros.—Tengo trabajo, solo dos horas y media ya que Charles pidió horas extras.

—Está bien, yo tengo una salida con una chica.

—Uh, ¿una cita?-Sonrió.

—No, sexo casual en su casa.