YOU BELONG WITH ME | BILLY HARGROVE

047

J | JAMES BYERS.

Hoy era cumpleaños de Will.
Por la mañana le hice su desayuno favorito y ahora estaba acomodando las mesas en el jardín trasero. Mason y Derek habían llegado temprano para ayudarme y traer las cosas que habíamos comprado.

—¿Pueden creer que ya me canse?-Dijo Derek, quien lucia cansado.

—Pero si solo trajiste los refrescos y jugos.-Dijo Mason.

—Pues es cansado, ¿bien?

—Faltan las sillas, chicos.-Dijo Will, quien solo nos observaba.

—Mejor ayúdanos.-Le dijo Derek.

—Recuerda que es mi cumpleaños, hoy ustedes me sirven.

—James, tienes muy malcriado a ese niño.

—Ni me lo repitas.-Suspire.

—¡Todo mal! ¡Todo mal!-Grito Rosier.—El pastel lo entregarán hasta las cinco de la tarde.

—¿Que tiene de malo?-Pregunte.

—¡¿Que tiene de malo?! El pastel debe estar aquí para cuando los invitados lleguen.

—No son muchos invitados, además no es nada del otro mundo.-Dijo Will.—Tranquilízate, Rose.

—No, Will. Esto debe ser perfecto, todo debería salir perfecto.

—Rose, ayúdame con las sillas.-Dije.

—Claro, claro.

Seguimos acomodando las cosas y una vez todo listo los chicos se fueron a sus casas, ya regresarían más tarde.

—Iré a ducharme para después ponerme a hacer los sándwiches frescos.-Avisé a Will.

El asintió y fue hacia su habitación.

Me duché y la verdad es que necesitaba una ducha larga y relajante, así que la tomé.

Unos minutos después salí de la bañera, enrollé la toalla en mi cuerpo y fui a mi habitación.

Me vestí con unos Jeans azules y una camiseta de cuadros café. De zapatos me puse mis botines negros.
Cepille mi cabello y lo ate en dos coletas.

—¡James! ¡Mamá llegó!-Aviso Will.

Salí de mi habitación y fui a buscar a mi madre, quien se encontraba en la cocina.

—¿Ya hiciste los sándwiches?-Pregunto.

Negué y me puse a sacar lo que necesitaría para hacer aquellos sándwiches.

(...)

Se había llegado la hora y los invitados comenzaban a llegar.

—¡Feliz cumpleaños!-Dijeron los amigos de Will.

—Gracias, chicos.

Me gustaba ver a Will feliz, disfrutando sus días y riendo junto a quienes tanto quería.

—¿Te ayudo en algo, Jimmy?-Me pregunto Mason.

—A servir los sándwiches, por favor.

—Derek y yo iremos por el pastel.-Aviso Rosier.

—Está bien, gracias.-Dije, agradeciendo por la ayuda.

—Para eso están los amigos.

Derek y Rose se fueron y Mason y yo servimos los sándwiches a los niños. Los adultos ya se servirían el suyo.

Alguien tocó la puerta, así que fui a abrir.

—Hola, Jimmy.-Me saludo Max, en cuanto abrí la puerta.