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J | JAMES BYERS.

Estaba hablando por teléfono con Mason.
Estábamos hablando sobre lo que necesitaríamos para su casa.

Billy estaba encima mío, besándome por todos lados. No me molestaba, pero me desconcentraba...

—Pintura blanca para la cocina, con esa podemos pintar el baño también.-Dije.

—Sí, muy bien.-Dijo Mason.

—Billy, basta.-Reí levemente.

—No estoy haciendo nada malo.-Sonrió y hundió su rostro en mi cuello para seguir besándome.

—¿Que más, Jimmy?-Pregunto Mason.

—Sabes que, ¿por que mejor no pasas por mi y te acompaño?-Dije.

Billy gruñó molesto, pero no se alejó.

—Está bien, no tardo.-Dijo Mason y colgó el teléfono.

—Amor, yo te necesito.-Dijo Billy.

Me miró haciendo un leve puchero.

—Tu siempre me necesitas.-Lo hice a un lado.

—No es cierto.

—Si lo es.-Me levante de la cama y me puse mis zapatos.

—Mentirosa.

—¿Quieres llevar comida?-Ate mi cabello y fui hacia Billy.—Arriba grandulón.-Extendí mis manos. Él las tomó y se levantó de la cama.

—¿Que tipo de comida?-Arreglo su cabello.

—Verduras, pollo y arroz.

—Está bien, me agrada.

Salimos de mi habitación y fuimos hacia la cocina. Serví comida en un recipiente y lo guarde en una bolsa plástica para dárselo a Billy.

Salimos de la casa y mientras yo esperaba a Mason, Billy fumaba.

—Está noche iré a una fiesta en casa de Tommy.-Dijo después de haber expulsado el humo de su boca.

—Quedamos en que está noche iríamos al cine.

—¿No puede ser mañana?

—Billy...

—James, necesito divertirme.

—Bien, has lo que quieras.

—Mmm, ¿ya te vas a enojar?

—Para nada.

Mason llegó por mi. Cuando estaba apunto de ir al auto Billy me detuvo.

—¿Irás tú y el solos?-Arrugo el entrecejo.

—¿Algún problema?-Lo esquive y fui a abrir la puerta del auto.

—No vas a ir.-Me detuvo.—Subes ahí y no sabes de lo que soy capaz, Byers.

—¿Que sucede?-Pregunto Mason.

—Tú cállate, idiota.-Le dijo Billy.

—Billy, quítate.-Intente alejarlo, pero el sostenía fuertemente la puerta.

—No vas a ir, James. Te lo estoy prohibiendo. ¡Carajo!-Cerro la puerta de golpe.

—¡Ten más cuidado, amigo!-Mason salió del auto.

—No irás, ¿me oíste?

—¿Hablas enserio, William?

—Sabes que sí.

YOU BELONG WITH ME | BILLY HARGROVEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora