Detrás de tu Sombra Severus Snape y Melpomene Black

Capítulo 52 Sus Secretos

Parte 2

Narra Severus
Días antes de la boda

Tenía mucho en que pensar, después de que Regulus desaparecería noté un interés inusual de Voldemort hacia los Black especialmente a Mel.
Debía saber porqué pero está reunión solo me dejó helado, después de que Mel le mencionara aquella profecía no pensé que se lo fuera a tomar tan enserio pero así lo hizo, ahora cree que el mago de la profecía es el hijo de los Potter.
Me volví un doble espía lo cual me ponía en grave peligro al igual que a Mel.

"Estaremos bien siempre y cuando estemos del mismo lado"

Fue lo que le dije al verla asustada y preocupada por mí, nunca creí que todo se fuera a complicar así. Debía protegerla y ahora también a Lily.

Siendo doble espía y con la reciente traición de Regulus Voldemort solo estaba esperando al mínimo error que Mel pudiera cometer para dar castigo a su familia, o al menos eso era lo que yo pensaba y una vez más tomé una decisión precipitada.

Mel no podía saber lo que le había pasado a Regulus ó seguro se revelaría de inmediato.
Odiaba tener que ocultarselo, sé lo mucho que ella quiere a su hermano y lo mucho que sufriría al saber que no regresará, Voldemort era cada vez más violento y cruel con todos su seguidores excepto con sus favoritos como Bellatrix, Bartemius JR y Yo, aún así no podía estar seguro de nada,  cualquier mínimo error y quedaré al descubierto.

Estuve pensando toda la noche convenciendome de que era la mejor decisión, la mejor manera de mantenerlas a salvó, especialmente a ella, a la mujer con la mirada más bella, a la mujer que realmente me amaba.
Aún me preguntaba que sentía por ella y un nudo de emociones confusas llenaban mi mente, solo terminaba enojado y lleno de desesperación al no poder si quiera identificar mis emociones, el tomar tanto tiempo esa maldita poción me terminó alterando, llevo meses sin tomarla y aún no logro recuperarme, necesito más tiempo y precisamente ahora no puedo permitirme esperar, lo que necesito es estar completamente conciente de todo.

Estoy ahora en mi casa "Prince Manor" he decidido no casarme, terminaré lastimando cruelmente a Mel pero haré que no sea en vano, la alejaré de mí solo así estará segura de las garras de Voldemort, aunque Mel trabajé para él no correrá riesgo de qué la acusen por traición.
Mañana será... No puedo si quiera imaginarlo, tomé el reluciente frasco con la fecha de mañana una lágrima brotó al recordar todos los momentos que pasé con ella y no pude disfrutar por estar poseído bajó el hechizo de esa poción.
Dejé el frasco en su lugar y me senté ahí en el suelo sujetando mi cabeza sin parar de pensar agotado de darle mil y un vueltas a todo en mi mente.

Narrador omnisciente

La pareja Malfoy parecía estar discutiendo, Narcisa sospechaba de Lucius, que tal vez el sabía algo de Severus que Mel no.
Debería haber una buena razón por la cual no se ha presentado y quería saberlo.

- Lucius si sabes algo necesito que me lo digas

- Ya te he dicho que no, no tenía idea el nunca me dijo nada. Me dió su palabra estoy igual de confundido que los demás .

- Ve a su casa talvez este allá.

Lucius fue a Malfoy manor primero estaba exhausto y molesto pues el que Severus no se casará le traía problemas directamente con los Black.
Para su suerte lo encontró ahí mirando por el balcón "¿acaso se ha vuelto loco?" Se preguntó Malfoy.

- Que crees que estás haciendo Severus!?

- Vine a hablar contigo, no puedo casarme con Cassi, al menos no por ahora.

- Hicimos un trato! No puedes simplemente negarte.

- Tengo que ir a mi casa, diles a todos que no habrá boda.

- Que hay de Mel?! No sé lo dirás tú?

- No. - contesto tajante y se desapareció entre neblina negra, provocando una profunda curiosidad en su amigo así como algo de miedo pues era muy parecido a la forma en la que El señor tenebroso se transportaba.

Regresó al lugar de la boda contándole a Narcisa lo que Severus le había dicho, ella no podía creerlo, pensaba en la mejor manera de dar la noticia a los invitados sin causar un escándalo y lo más importante tenía que encontrar la manera de decirle a Mel sin lastimarla, lo cual iba a ser imposible.

-Mel querida tengo que decirte algo- entro Narcisa a la habitación viendo a su prima sentada frente al espejo, solo ahí quieta mirando su reflejo.

- No va a venir, verdad? - dijo tranquila pero con un deje de tristeza en su voz, como si muy en el fondo supiera que esto iba a pasar.

Cissy guardo silencio observándola con preocupación - Mel lo siento... - tomó algo de aire para confirmar lo que parece que ella ya sabía

- Lo sé, si no fuera así hubieras negado de inmediato a lo que dije.

- Cómo es que... -  Cissy estaba desconcertada, era la primera vez que no sabía que decir

- Fui a la que sería nuestra casa a buscarlo, - Mel tenía entre sus manos un frasco vacío mostrándolo a Cissy- todo este tiempo solo ha estado envenenandose, engañandome .

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Última vez...

Era una noche extrañamente especial, había llovido durante todo el día y por la noche solo había una brisa refrescante y un cielo despejado, dejando ver con claridad el cielo estrellado.
Mel estaba fuera en el jardín apreciando el bello cielo nocturno, respirando el olor del rocío y la humedad de la tierra.

Detrás Snape la observaba con fascinación y deseo, en ese momento lo único hermoso para el era la bella joven de mirada azúl.
Se acercó con sigilo y seguridad abrazandola por detrás para después besarla con pasión y deseo. Su piel brillaba al reflejo de la luna y en su mirada azul parecían estar cada una de las estrellas más brillantes.

La tomó en brazos llevándola a la que era su habitación, ella simplemente se dejó querer , mentiría si dijera que no gozaba de tal atención.
La desnudo con cuidado iluminados por velas bien colocadas a la ocasión, sobre las sábanas de seda yacian ambos con miradas de deseo y amor, un dejé de obsesión se intentaba escapar a la mirada del otro, Severus dejó un beso en cada rincón de piel de Mel y ella guardaba tanto el recuerdo cómo la sensación única de aquel momento. Fue mágico, fue perfecto pero no fue del todo real?
Consumidos ante la pasión disfrutaron del cuerpo del otro sin temor sin inhibición, ella lo besaba sin parar y el no dejaba de entrar y salir de ella sin piedad, salvaje y desesperado por más.

Aquella última noche juntos...