Capitulo 53

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Narrador omnisciente

Narcisa seguía mirando a Mel con pena mientras ella seguía absorta en su reflejo y en la vaga explicación sobre Snape tomando amortentia.
Trato de convencerla de dejarle el trabajo de cancelar todo pero ni siquiera la dejó encargarse ni de hablar con invitados.
Narcisa estaba completamente confundida con la nueva actitud de Mel, temía que se estuviera sobre exigiendo ó que estuviera en una especie de colapso emocional, evidentemente le preocupaba.
Mientras Mel solo estaba decidida, destrozada pero también decidida, iba a hacerse responsable de sus malas decisiones empezando con dar la cara a todos los invitados y dar por terminado aquel evento, su dichosa boda ...

Mel lo tomaría como un simbolismo, borraría cada parte de ese evento así como lo haría con Severus, borraría lo que sentía por el hasta su recuerdo mismo, lo desaparecería por completo de su vida.
Al principio pensó que talvez estaba exagerando pero después de pensarlo una vez más, se retractó pues no toleraba que Snape la hubiera ilusionado a tal grado para después dejarla el día de la boda.
Aceptaba que él no la amaba y ahora tenía que aceptar que el no lo iba a hacer ni aunque se esforzarse y aquello era realmente difícil después de todo lo que habían pasado juntos, después de él haberla convencido que podían ser mucho más. Y pudieron haberlo sido.

Hablo con los invitados sin perder su porte elegante y cautivador, les dijo que por causas mayores se veía obligada a cancelar su boda, las razones eran solo para el dominio de los más cercanos de la familia, intento parecer afligida al respecto para evitar preguntas, aunque no tenía que fingir mucho aquello.
Después de su diplomática disculpa se comenzó a sentir mal otra vez, escalofríos recorrían su espalda, su cabeza pesaba y todo le daba vueltas.
"¿Nervios, cansancio, estrés, pánico?"  Trato de pensar en una posible respuesta.
Disimulando su sentir se dirigió al tocador dónde se enjuagó el rostro y encontró a Cissy a su lado.
Dieron por terminado todo, Cissy se llevó a Mel a su casa donde por fin se quitó el enorme vestido blanco y se dió un largo baño, al menos esperaba que se relajara antes de volver a casa de su madre.

No podía posponerlo más, agradeció a Narcisa por todo antes de despedirse y llegar a casa, sabía bien toda clase de cosas que su madre le diría, lo que le preocupaba era lo que diría su padre o su simple reacción, temía que eso le afectará más a su salud pues llevaba meses enfermo y no parecía mejorar.

W- Hasta que te dignas a aparecerte en esta casa!

M- No es un buen momento madre, si por mi fuera yo...

W - Si por ti fuera serías nadie, exactamente lo que eres en este momento. No has recapacitado a estás alturas, confiaba en que ese impuro fuera demasiado cobarde como para seguir con ese ridículo compromiso.

M- Basta ! El no es ningún cobarde y no lo llames impuro.

Jamás le había levantado la voz a su madre mucho menos había expresado abiertamente estar en desacuerdo con cualquier cosa que dijera, se quedó helada al darse cuenta de lo que había hecho.
Sabía que el castigo sería cruel y no entendía porque había actuado tan imprudente solo para defender a Severus, acaso estaba loca ? Cómo podía defenderlo después de lo que la había hecho pasar?

Unos segundos de silencio reinaron hasta que las rodillas de Mel golpearon el suelo estrepitosamente haciendo eco en la habitación a la par de los sollozos que intentaba contener.
Se retorcía sobre el azulejo perfectamente pulido, apretaba los dientes y luchaba por evitar suplicar que parará. Veía su lamentable reflejo en aquel reluciente piso, dejando escapar un par de lágrimas absteniéndose de llorar y de ser débil.

Walburga mantenía su varita firme intensificando cada vez más la maldición cruciatus sin piedad alguna hacía su hija, hasta considerar que había sido el tiempo suficiente que debía merecer como castigo.
Entonces se detuvo y comenzó con su sermón.

Detrás de tu Sombra Severus Snape y Melpomene BlackWhere stories live. Discover now