Kim Taehyung es un deportista heterosexual quien tiene por objetivo demostrarle al mundo por qué es el mejor en lo que hace.
Jung Hoseok es un gamer a quien no le gusta mucho llamar la atención.
Ambos viven sus vidas de acuerdo a sus estrategias, cu...
—Falta un poquito, ten paciencia — le dijo Taehyung acariciando su cabeza.
Se estacionó cuidadosamente a un costado de un gran sauce llorón que protegía la entrada al estero. La noche anterior la idea de llevarlo a ver aquellas aves que tanto amaba se había anidado en su mente y, al no poder dormir, decidió investigar con su teléfono sobre el paradero de los famosos flamencos.
—Ok, puedes abrir los ojos — dijo mientras apagaba el vehículo.
Se bajaron del auto y Hoseok emitió un pequeño grito al darse cuenta de dónde estaban.
—¿Qué? ¿Cómo? Tae... — le dijo lanzándose a los brazos del menor — ¿Por qué?
—Desde que supe tu historia con ellos quise hacer algo para que los volvieras a ver.
—¿Están aquí? —gritó soltándose del abrazo para comenzar a recorrer el camino — ¿cómo lo supiste?
—Encontré en la web un grupo que se ha dedicado por años a hacerle seguimiento a sus rutas migratorias en Asia —le dijo orgulloso de sí mismo — anoche no podía dormir así que decidí revisar sus últimos registros y alguien comentó que vieron una pareja por aquí hace un par de semanas.
—¿Es en serio? ¿Y has hecho todo eso por... por mi? —preguntó emocionado — Tae...
—No es nada cariño, ven aquí —le pidió llamándolo a sus brazos — se lo mucho que te gustan y si no hubiera pasado lo de tu madre igual iba a proponerte tener una cita aquí.
—¿Una cita? —preguntó entrando en pánico — Esto... esto ¿es una cita?
—¿Oficialmente? Yo diría que sí — dijo esbozando una gran sonrisa — ¿quieres?
—¡Claro que sí! —exclamó emocionado — vamos, vamos a buscarlos.
Se tomaron de la mano para entrelazar sus dedos y comenzar el recorrido por aquel hermoso estero con frondosa vegetación. Caminaron lentamente apuntando todo en cuánto veían, Hoseok se detenía a observar las flores, a espantar a los insectos que se acercaban amistosamente a saludar mientras Taehyung se reía a carcajadas de sus caras de pánico, se sacaron muchas fotos recorriendo a pie ese maravilloso y escondido lugar.
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Todo parecía sacado de una novela romántica. El menor de los dos se sentía muy orgulloso de haber tomado esa decisión, pensó en que, quizás, esta sería la primera de muchas salidas que tendrían. Se emocionó y no pudo esperar a saber qué les deparaba el futuro.
—Mira Tae qué linda esta flor — le dijo poniendo una pequeña margarita frente a sus ojos.
—Es muy linda — replicó mirándolo fijamente — pero la flor más bonita eres tú, Hoseok.
