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Taehyung tenía muchos planes en marcha, algunos de ellos ni siquiera se los había comentado a su pareja todavía. Joder, no podía esperar a ver su cara de emoción cuando le contara todo lo que estaba haciendo.

La verdad mantener todo en secreto era algo que lo mataba de a poco porque odiaba ocultarle cosas a Hoseok, pero se moría por ver su rostro sorprendido cuando al fin pudiera decirle todas las cosas que quería.

Llevaban viviendo juntos casi un mes y jamás en toda su vida había sido más feliz. Despertar todos los días y verlo acurrucado a su lado, era la fuerza que necesitaba para resistir todo lo que les estaba pasando. Hoseok era su motor, su fortaleza y vitamina. Era la razón por la que cada día se exprimía las neuronas buscando formas de proveerle un futuro sin preocupaciones.

Salió de la oficina de proyectos con la carpeta bajo el brazo, sentía la flama de la ambición nuevamente encendida en el interior de su pecho. Volvía a ser aquel chico hambriento de demostrarle al mundo de lo que era capaz, pero ahora no era por el insulso deseo de verse superior que el resto de sus pares, sino por ser el mejor para Hoseok: porque él no se merecía nada más que lo mejor del mundo. Y sí, ésta vez lo lograría.

Su teléfono comenzó a sonar en el interior de su bolsillo, abrió la puerta del auto, dejó los documentos en el asiento del copilo y contestó con el bluetooth.

—Diga — dijo poniendo en marcha el vehículo.

Tengo todo listo, el contrato de arrendamiento está revisado e impreso para ser firmado.

—¿Mi padre se enteró de algo?

Nada, lo hice todo con tu cuenta bancaria de reserva.

—¿Esa que abrió mi abuela cuando tenía cinco años?

Esa misma.

—¿Pudiste hacerlo a nombre de él?

Sí, todo queda a nombre de Jung Hoseok, —vaciló —¿debería preguntar quién es el jovencito?

—No, por ahora no.

Ok, verás el informe de mis honorarios en tu correo.

—Por favor coordina todo para que mañana esté a su nombre el coche, el local y los fondos del banco.

Si quieres podemos hacerlo ahora mismo.

—Cuanto antes mejor, padrino, tengo un mal presentimiento — pidió colgando el teléfono.

Nunca le había contado a nadie de su relación con sus abuelos. Ellos habían sido los únicos, junto a su padrino, que le habían brindado algo de calidez a su infancia. Su abuela personalmente había abierto una cuenta bancaria de ahorros a su nombre cuando él era muy pequeño para "casos de emergencia" como le dijo. El trauma producido cuando la perdió a ella y a su abuelo en un trágico accidente automovilístico, lo dejaron con cicatrices que aún intentaba sanar. Sus padres nunca hablaban de ellos, era como si nunca hubieran existido a pesar de que la fortuna de la familia se había generado gracias a sus esfuerzos. El padrino de Taehyung aún le guardaba rencor a su hermano por el giro que le había dado a los negocios del abuelo Kim, por eso ahora había aceptado ayudar a su sobrino/ahijado en este pequeño envés. 

Todo tenía que salir como estaba planeado porque no quedaba mucho tiempo.

Esa mañana estaba físicamente agotado, siempre que despertaba con Taehyung a su lado, terminaban teniendo relaciones salvajes y odiaba tener que levantarse para ir a clases después de las mejores horas de sexo que jamás hubiera imaginado.

Solo un juego más - VHOPE {terminado}Where stories live. Discover now