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¿Es ella?— Sebastián murmura, mientras que de reojo observan a Olivia.

Iván prende un cigarrillo para llevarlo a sus labios mientras que asiente con la cabeza. —Esa es la Barbie.— Afirma expulsando el humo de sus labios.

Sebastián suelta una carcajada y niega con la cabeza llevando la copa de whisky hacia sus labios.

—¡No tengo ni la menor idea de cómo hará Elian para mantenerla a su gusto!— Se carajea divertido. —¡Incluso ni siquiera se parece al tipo de mujer con las que se acuesta!— Aclara colocando sus ojos en blanco.

Se encontraban pura y exclusivamente en su fiesta de compromiso, a la cuál Olivia había asistido de manera completamente extravagante, ante el pensamiento del castaño, siendo el principal dolor de cabeza que se había dispuesto a generarle al dejarle más que en claro que no estaba en absoluto de acuerdo para nada con esta unión.

—Elian ya perdió la cabeza el día de hoy en cuánto la vió así vestida.— Suelta una pequeña carcajada volviendo a llevar el cigarrillo hacia sus labios.

—¡De eso no me queda ninguna duda, y estoy más que seguro de que disfrutaste de cómo enloqueció por completo apenas la vio!— Suspira tragando saliva frustrado.

Iván, achina sus ojos, no le había gustado de ningún modo cómo había respondido. —No te das una idea.— Murmura.

—Ivan.— Arquea sus cejas en su dirección.

—¿Que ocurre?— Sisea.

Sebastián suspira inflando su pecho. —Solo... ¿Podés ocuparte de mantener su presión estable?— Se queja rodeando los ojos.

Iván, traga saliva inmediatamente que el tema es tocado y observa de manera sería a uno de sus mejores amigos, al mismo tiempo que asiente con la cabeza.

—¡¡Lo tengo en cuenta, Sebastián, continuamente, y no me gusta que digas que no estoy al tanto, porque soy el primero que te llama ante la mínima cosa que veo que no me gusta de su salud!!— Se queja.

Y la mirada de mal humor no pasa desapercibida de ninguna manera ante su persona, una cosa era que estuvieran bromeando y otra muy distinta era lo atacado que se estaba sintiendo en estos momentos ante la sola idea de poder llegar a insinuar que él no se ocupaba de la salud de Elián.

—¡Estoy todo el maldito día detrás de su espalda vigilando que tome sus medicamentos y por sobre todas las cosas intentando que todo su personal haga el trabajo a la perfección para que no tenga ni un solo inconveniente que llegar a sus oídos!— Agrega con una mirada completamente cínica.

Su amigo no puede hacer más que morder su labio inferior, al mismo tiempo que se siente absolutamente culpable por haber sonado de manera tan brusca, por supuesto que la idea no era, de ningún modo, hacer sentir de esa forma a Iván, sabiendo perfectamente que él era, posiblemente, la primera razón por la cual Elián estaba con vida.

Sebastián suspira negando con la cabeza —No es para que no te lo tomes de esa forma, Iván, simplemente te estoy recordando ya que vos estás continuamente con él, y necesito poder confiar en que lo vas a cuidar...— Alza sus manos. —No necesitamos tener la bola mágica para saber qué la llegada de Olivia a su vida lo va a complicar todo, y qué necesitamos hacer hincapié en su estado de salud.— Suspira, una vez más, dejando en claro el mensaje.

—¡Se lo que estabas insinuando, y quiero que sepas que me molesta demasiado!— Lo observa furioso.

—¡No te estoy insinuado nada, idiota!— Se queja.

OLIVIADonde viven las historias. Descúbrelo ahora