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¿Cómo te ves preparada para el parcial?— June parece del otro lado estar masticando algo.

—Tengo la cabeza en cualquier cosa.— Suspira pasando una mano por su cabello.

La rubia observa la mesa principal de living con su computadora tablet y un montón de cuadernos y libros con apuntes, para luego soltar un suspiro.

—Te va a ir bien, siempre te va bien en los parciales porque sos muy atenta a las clases.— Le recuerda con una sonrisa por más que su amiga no la pueda ver del otro lado de la pantalla.

—Siquiera pude asistir a las clases este mes, la verdad es que no como me va a ir con los apuntes que consegui.— Bufa frustrada.

—¿No pudiste ir por el gruñón? ¿Sigue fastidioso con el tema facultad?— Bufa.

Olivia sonríe.

—¿Cuando no está fastidioso ese hombre?— Suelta una carcajada.

—No le hagas caso, Oli.— Suspira y ella comienza a recoger sus cosas y colocarlas en su mochila.

—Lo intento, pero ver su cara todas las noches me saca canas.— Se queja.

—No te molestó más, ponete positiva para el parcial.— Le recuerda.

Olivia suspira. —Lo intentaré.— Asegura mordiendo su labio inferior.

—¿Nos vemos a la tarde?— Propone.

Olivia mira su reloj pulsera.

—¡Sí, te llamo cuando termino!— Sonríe.

—Exitos.— Ambas cortan la llamada.

Olivia suspira dejando el teléfono en el bolsillo exterior de su mochila, mirando la misma, mientras que sus uñas tamborillean la mesa.

El ascensor suena y se lamenta no haberse ido antes, aunque le extraña que el castaño este por la casa, Elián no suele pasearse mucho por la casa durante la mañana, está en la oficina qué tiene en el piso de abajo o va a visitar sus propiedades.

Olivia se extraña de encontrarse con el amigo de su marido.

—Tu amigo no está.— Se cruza de brazos cuando ve a Iván en su living.

—Lo sé.— Se ríe burlón.

—Buena suerte esperándolo.— Toma su laptop y su mochila para dirigirse a la facultad.

—¿Sabes que el detesta que vayas a la facultad, verdad?— Se burla.

Olivia entre abre sus labios y se gira media vuelta. —¿Y te pensás que eso me interesa a mí?— Arquea sus cejas.

Iván se ríe negando con la cabeza.

—No me caes para nada mal, Olivia, a pesar de que seguramente pienses lo contrario.— Chasquea la lengua. —Es por eso qué te aviso lo que a mi amigo lo pone de muy mal humor.— Sube sus hombros.

Olivia no hace más que rodear los ojos y dirigirse hacía el ascensor, dónde ya Loan y Kian la esperan.

—No te preocupes que los perros falderos que él me puso le van a avisar dónde estoy.— Rueda, de nuevo, los ojos mientras que los tres se introducen en el ascensor, dejando a Iván divertido en la casa.

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OLIVIADonde viven las historias. Descúbrelo ahora