OLIVIA

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Iván da vueltas en la silla de la habitación de máquinas mientras que coloca sus ojos en blanco escuchando una y otra vez los insultos y malas palabras que están descartando Peter Chevron hacia él, aquello colmaba en absoluto toda su paciencia, siendo que en realidad el tan solo estaba trabajando de alguna forma en distracción para con cualquiera de los dos hermanos.

—¡Y a pesar de lo que te estoy diciendo me seguís tomando el pelo porque todavía no estoy pudiendo tener conexión para con las cámaras!— Sisea exaltado.

Iván vuelve a realizar una vez más una mueca de incomodidad y molestia con sus lápidas a pesar de que se encuentra solo por el momento.

—¡Se lo que estás pensando,  y sé perfectamente que lo que te vengo diciendo desde hace veinte minutos es nada más y nada menos que la verdad y es por eso mismo que todavía ninguno de ustedes dos está acá!— Se ríe cínico.

Peter desde el otro lado de la línea mira a su hermano menor negando con la cabeza.

—¡¡Si no activas las cámaras en dos segundos voy a estar rompiendo esa maldita puerta y al mismo tiempo voy a estar rompiendo tu cara por lo que hiciste!!— Demanda con un gran tono de advertencia.

Iván sonríe cínico mordiendo su labio inferior y haciendo un sinfín de morisquetas que sabe perfectamente que de igual manera Peter no puede ver, aunque le encantaría que pudiera verlo en estos momentos.

—¡¿Y Por qué crees que soy el único responsable de que no estés pudiendo ahora mismo ver las cámaras de tu estúpida casa de seguridad?!— Se burla de él...

—¡No me hagas perder el tiempo, Iván!— Amenaza.

—¡Incluso, ya que estamos hablando de este pequeño tema te recomendaría que pongas un mejor servicio de asistencia y por sobre todas las cosas que esto no te vuelva a ocurrir y tengas un mando desde donde sea que estés!— Recomienda entre risas.

Le está mordiendo la cola al diablo y en realidad no le interesa de ninguna manera debido a que se está divirtiendo mucho con la situación y no hay nada más placentero para el que probablemente fastidiar a Peter.

—¡Voy a arrancar tu cabeza!— Se escucha que del otro lado algo es golpeado.

Y probablemente para el pensamiento de Iván, es nada más y nada menos que alguna mesa o el puño del mayor de los Chevron contra la pared.

—Creí qué el tiempo de amenazas había quedado en el pasado... Pero si querés amenazarme la verdad es que no tengo ningún inconveniente, porque sabes perfectamente que no tengo problemas de enfrentarme a vos cuando quieras y donde quieras, Chevron.— Responde con una sonrisa cínica en su rostro.

—¡No seas imbécil Iván, deja de colmar mí paciencia, imbécil!— Suelta desesperado. —¡Es mí hermana! ¡Es mí jodida hermana! ¡Sabes lo que eso significa y sin embargo te encanta estar jugando este estúpido juego.— Brama.

Iván chasquea la lengua mientras que suspira estando por demás cansado de tener que estar hablando por teléfono con él, cuando en realidad no tiene porqué hacerlo, y sin embargo lo está haciendo nada más y nada menos que por su mejor amigo y para poder seguir, de alguna forma, dilatando los minutos de soledad que él pueda llegar a tener para con la rubia.

—Se perfectamente quién es Olivia, y realmente creo que deberías de cambiar de opinión en base a lo que pensás de mí y de Elián, porque nosotros jamás lastimariamos a tu hermana, incluso creo que te dejamos más que en claro en un montón de oportunidades que estábamos dispuestos a dar la vida por ella, pero estás tan nublado por tu avaricia y por el enojo que tenés hacia nosotros dos, que ni siquiera te das cuenta de cómo son las cosas.— Aclara tocando unos botones en la computadora.