OLIVIA

38

—¿Tenemos problemas?— Emmett aprieta sus labios.

—No, pero nos pidieron una gran dotación de los nuevos modelos, pero Olivia todavía no terminó de darle los retoques finales al prototipo.— Acaricia su mandíbula pensativo.

—Dijo que mañana iba a estar por la fábrica.— Acota.

Peter suspira.

—Eso es lo que me preocupa, que se está casando hoy y ya mañana va a estar metida día y noche si es posible.— Lo mira preocupado.

—No vamos a dejarla sola.— Le hace saber.

—Tengo que hablar con su psicólogo.— Muerde su labio inferior.

—Lo mejor que podemos hacer es que ella se sienta acompañada, y sí para ella la solución es trabajar tenemos qué darle ese apoyo.— Comentara.

Peter asiente aún perdido en sus pensamientos.

—¿Y si nos equivocamos con todo esto?— Cierra los ojos aterrado.

—¿Vos viste que ella nos diera la oportunidad de opinar cuando ya había decidido?— Arquea una de sus cejas.

—A veces me pongo a pensar en que quizás cedimos bastante rápido.— Suspira.

—Lo mejor es no pensar en lo que pudimos haber hecho, sino cuidarla con todo lo que está pasandole ahora.— Señala la invitación de boda que tienen ambos sobre el escritorio.

Hacía no más de una hora y media que habían vuelto del almuerzo que compartieron luego de la ceremonia del civil.

Y es por eso que Peter se había encerrado en su oficina para replantearse la situación dado a que su hermana había estado durante todo el almuerzo con una mueca de preocupación y desinterés absoluta en su rostro.

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—¿Lista?— La maquilladora le sonríe encantada de su resultado.

June aprieta sus labios al ver la mueca que Olivia pone en su rostro.

—Si.— Murmura cabizbaja.

—Muchas gracias por tu excelente trabajo.— June la despide se la suite.

—Estare en mí habitación en caso de que necesiten algun retoque por lo que dure el evento.— Les sonríe con amabilidad.

—Muchas gracias por toda tu atención y tus servicios.— Olivia sonríe con amabilidad dado a que la maquilladora no tiene absolutamente nada que ver con todo lo que le está pasando a ella.

Su amiga la acompaña hacia la salida mientras que la rubia toma asiento en el sillón y se cruza de piernas jugando con sus manos.

—Hizo un excelente trabajo.— Admite.

Olivia asiente mirando también a su amiga que quedó preciosa maquillada, con un look mucho más fuerte que al que ambas tenían para la ceremonia que hubo por la mañana.

—Ne gustan los tonos que utiliza con vos.— Comenta sonriendo.

—¿Querés comer algo?— Pregunta.

Olivia sube sus ojos azules hacia los verde de ella.

—Creo que pediré un te.— Hace una mueca incómoda tocando su estómago, el cual aún se encuentra sensible.