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—¿Que carajos hace este tipo acá?— Iván bufa.

Elian suelta el cigarrillo arrojándolo al suelo y suspira caminando hacía Peter.

—Ni idea.— Lo había encontrado en la entrada a uno de sus predios de plantación de mariguana. —De visitas... Quizás necesita un préstamo.— Murmura rodeando los ojos.

Ivan chasquea la lengua mirando de refilon, pero no se acerca.

No tolera estar cerca de Peter, y sabe que si mete bocadillo alguno arruinara las cosas para con su amigo.

Por eso mismo se da media vuelta para ir a chequear algunas cosas con los nuevos guardias de Elian.

—Buena suerte.— Escupe.

Elián sólo niega y avanza hacia Peter Chevron. —¿Estás perdido?— Alza su barbilla hacía él.

—Me dijeron que podía encontrarte acá.— Peter sigue apoyado en su auto de brazos cruzados.

Sus dos custodios esperan en sus respectiva camioneta a su jefe.

—Si... Acá estoy.— Suspira llegando a su lado.—¿Qué queres?— Infla su pecho.

—Se que mañana Olivia tiene el alta y quiero estar tranquilo de que la casa es segura, de que no va a haber ninguna filtración.— Aprieta su mandíbula.

Elián sonríe.

—¿Seguís teniendo miedo de que la mate?— Chasquea la lengua divertido.

Peter baja la mirada y suspira pasando una de sus manos por su cabellos.

—Se cómo la miras... No la dañarías.— Tuerce las cejas mordiendo su labio inferior.

A lo que el castaño suelta una carcajada.

—¿Y quién dice que no?— Arquea una de sus cejas en su dirección.

Peter relame sus labios cerrando sus ojos.

—La pasaste a la habitación presidencial en cuánto te diste cuenta de que ella estaba en una habitación no blindada.— Recuerda subiendo sus hombros.

Mostrando poco interés en decir aquello.

Elian aprieta sus labios al saber que tiene toda la razón.

—Es mi esposa, te recuerdo qué tenemos un contrato, tengo que fingir que me interesa su bienestar.— Se burla rodeando los ojos.

—Le pediste a Iván que la sacara de ahí y te quedaste a pelear.— Chasquea la lengua.

Queriendo entender lo que oculta en su mente.

Elian aprieta sus labios y lo mira aburrido. —Quizás sea una mala imagen la que tengas de mi, pero yo no soy cobarde, Chevron.— Lo señala. —Voy al frente y soy hombre de palabra, tenemos un negocio en común, una unión, que para mi significa mucho más de lo que imagines... Yo no estoy jugando y defiendo a los míos, lamentablemente entras en esa bolsa, gracias a los lazos que compartimos, cuñado.— Le guiña un ojo.

Dejándolo por unos minutos pensando en aquellas palabras.

—Te dije que tendrías mi cabeza...— Escupe. —Cuándo lo quisieras y se que se la diste a él.— Alza su barbilla al observar a Ivan hablar con sus empleados.

—¿Y?— Sonríe.

—No quiero que Olivia sufra más... No la veo bien... Ella no asimilo lo que sucedió aun.— Tuerce sus cejas confundido.

OLIVIADonde viven las historias. Descúbrelo ahora