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Iván golpea la puerta de la oficina de Elían, por más que Lola quiso despertarlo de una manera un poco más divertida, él solo le pidió que lo ayudara con lo básico para poder darse la inyección, desayunar de forma inmediata, tomar sus medicamentos e ir a hablar para con su mejor amigo.

La forma en la que había terminado la conversación el día de ayer para con el menor de los hermanos Chevron, la verdad es que no le había caído en absoluto engracia.

Elían tuerce su entrecejo, colocándose de pie con un increíble dolor de cabeza, debido a que no había podido dormir gracias al sexo desaforado con Olivia, y luego que su cabeza se quedó pensando en todo lo que estaba ocurriendo.

—¿Qué haces despierto?— Sisea rodeando los ojos.

Iván lo mira cínico. —Sabia que ibas a estar despierto antes que todos, y es la única manera que tengo de poder hablar con vos sin que los demás sepan.— Se queja.

Elian, suspira parpadeando y pasando una mano por su cabello revoltoso.

—Pasa.— Murmura.

Iván avanza haciendo fuerza con la silla de ruedas... Mientras que el castaño corre uno de los sillones de cuero para que su amigo se pueda posicionar directamente desde ese lugar.

—¿Cuándo carajos me ibas a decir que le dijiste al mini Chevron dónde están las cosas?— Bufa.

Alza sus manos y lo observa como si hubiera perdido un tornillo.

Elian traga saliva y aprieta sus labios dándose cuenta del motivo principal, por el cual su mejor amigo estaba completamente histérico.

Chasquea la lengua mientras que vuelve a tomar por unos instantes su teléfono celular para enviarle un mensaje a Franco y pedirle que le lleven su desayuno y un pequeño tentempié para Iván.

A pesar de que ya había sido informado de que estaba despierto, por supuesto, y que había decidido tomar su desayuno en la cama.

—Supongo qué no solo compartieron en la enfermera, sino que también tuvieron una lluvia de ideas entre los dos.— Se queja cínico.

Iván sonríe burlón.

—No estuvo tan mal, cómo pensé que iba a estar, pero ese no es el punto y por supuesto que no necesitas que te diga que él prefiere que su hermana no se entere.— Murmura rodeando los ojos.

Elían suelta el aire contenido en sus pulmones. —Si, por supuesto que no le voy a decir una sola palabra.— Asegura.

Iván muerde su labio inferior, Franco golpea la puerta haciéndose presente para dejar él mismo, el desayuno.

Elian le da autorización pero eso no le impide a Iván seguir hablando.

—Quiero que me digas en que estabas pensando, porque verdaderamente no lo puedo comprender.— Moja sus labios.

Elian sonríe. —Son la familia de mi mujer, y ayer tuve un día de mierda cuidándolo y protegiéndolos de todo, es demasiado impulsivo y eso me pone frenéticamente de mal humor.— Admite tomando su café con una mueca cínica en su rostro.

Iván le sonríe a Franco y este mismo se retira luego de una pequeña reverencia hacia los dos.

—¿No te hace acordar a alguien?— Lo mira burlón.

Elian asiente. —Se que soy igual, pero le falta demasiada técnica, lo quiero poner a entrenar con los chicos, y para cuando vos estés bien quiero que me hagas el favor de ayudarlo un poco.— Pide.

Iván suelta una carcajada ronca que recorre toda la superficie de la oficina.

—¡Pero a mí se me hace que vos perdiste la cabeza!— Bufa.

OLIVIAWhere stories live. Discover now