145

30 4 0
                                    


¡La cena estuvo riquísima!—  Olivia muerde su labio inferior.

Aún se sentía en una nube al estar en Nueva York con su familia y la familia de Iván.

Habían aprovechando la media tarde para poder ponerse al corriente, y quién más se puso al corriente fue Iván, con todos los temas de la seguridad.

Elían sonríe quitándose la camisa. —Si, el restaurante tiene tres estrellas Michelin, hace tiempo que tenía ganas de venir a conocerlo.— Murmura relajado.

Olivia sonríe. De la misma forma que lo había estado haciendo durante todo este tiempo.

—Gracias.— Infla su pecho.

Elían le resta importancia con un movimiento de mano mientras que termina de desnudarse por completo, aprovechando que ya sé despidieron de todos, qué cada uno se encuentra en su habitación.

—Haria lo que fuera por vos, Olivia, pero haría aún más por mantenerte a salvo, es por eso que tenés que entender que esto no puede pasar siempre, no al menos hasta que termine lo de Malcolm.— Murmura.

Olivia aprieta sus labios, quitando poco a poco sus prendas, para quedar en ropa interior, e ir depositando las mismas de forma ordenada sobre un pequeño si llamo a un lado de la enorme ventana.

—Lo sé.— Aprieta sus labios en una fina sonrisa.

Elían se acerca hacia ella para tomarla de las mejillas. —Es sorprendente la forma en la que te desenvolves con la familia de Iván, la forma en la que te ganaste tu corazón, porque creeme qué mí amigo jamás hubiera aceptado qué alguien es suficiente para mí.— Se burla.

Olivia sonríe, lo mira a los ojos, disfrutando de los momentos en soledad de pareja, desde que había tenido el accidente en el que había perdido a su bebé, qué se había puesto a pensar, aún cuándo, todavía, no había admitido lo que sentía por Elián, qué le gustaba apreciar los pequeños detalles de la vida.

Y clase de detalles eran este tipo de afectos y de momentos en los que se podían quedar observando el uno del otro con tanta calma y  dulzura.

—Bueno, creo qué ninguna de nosotros puro pensar que íbamos a terminar de esta manera en cuanto firmamos el contrato.— Suelta una pequeña risita traviesa.

Que contagia a Elían.

—Y seguís siendo una Barbie.— Susurra en sus labios.

Olivia arquea sus cejas. —Ese día, el día de la entrega, sabías perfectamente lo bueno que estabas con ropa deportiva, y te aprovechaste de eso.— Se burla rodeando los ojos.

Elían le guiña un ojo. —Amor, fuiste demasiado obvia.— Canturrea.

Olivia achina sus ojos y le roba un beso, alejándose hacia el cuarto de baño para quitarse el maquillaje con unos pads.

—De la misma forma qué fuiste obvio al mirarme de pies a cabeza en la cafetería, cerca del jardín de paz.— Acota desde allí.

Elian suelta una carcajada.

—No podía creer qué alguien se viera tan bien en un velorio, y me reprimía por dentro, debido a que me sentía un completo imbécil, pero era inevitable no pensar en eso viéndote enfundada en ese impecable vestido.— Bufa.

Olivia se asoma, con una tierna sonrisa de ternura en sus labios.

—Quizas lo podemos dejar en qué ambos sabíamos fingir muy mal.— Lleva una mano a su rostro haciéndo una mueca de burla.

OLIVIAWhere stories live. Discover now