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Emmett estaciona, al mismo tiempo que su cuñado maldice por no poder bajar de la camioneta al tener los seguros puestos.

—¿Qué?— Sisea.

Emmett sonríe. —Soy el primero que quiere matarlo, pero estás demasiado furioso, y lo entendemos y apoyamos, por eso estamos acá, pero estoy estacionando a cuatro cuadras, hay que hacer esto limpió.— Explica.

Peter infla su pecho orgulloso de su hermano menor.

—¡Me ven cara de Imbécil, o qué, se hacer esto con los ojos cerrados, yo no pedí su ayuda, fue Olivia quién los llamó!— Sisea rodeando los ojos.

—Por miedo qué te comportes igual de imbécil que ahora.— Sonríe maldicioso, Peter.

Elian cierra los ojos. Dándose por vencido, y sabiendo qué cuánto más tiempo estuviera jugando este juego con ellos peor sería, qué la idea era utilizar el factor sorpresa, y ante todo llevarse a Olivia e Iván de la clínica, y mantenerlos en la casa, en la zona segura.

—¿Qué haremos?— Suspira pasando una mano por el puente de su nariz.

Saca su teléfono, para ver si tiene alguna novedad de su hermano, pero parece desaparecido por el planeta. De todos modos se encuentra con un mensaje de su mujer.

De Olivia: —"Iván despertó, vuelvan rápido, y de una pieza, hay qué ir a casa."—

Él traga saliva. Ahora no le puede responder, pero no puede evitar querer hacerlo, querer gritarle qué la ama.

Que no entiende todavía que es esa sensación de querer darlo todo por alguien, pero qué sabe con clara exactitud qué es solo con ella y para siempre.

—Culebra, está ahí adentro, y parece ser una nueva cueva de sus transacciones, no me extrañaría qué estén haciendo heroína.— Emmett frunce sus labios.

Elian se había separado de su hermano, hasta de forma legal, queriendo hacer las cosas de la forma correcta, porque no dejaba de ser su familia, quería qué tuviera lo qué le correspondía, por eso mismo se lo había dado, y había ido hasta el último día con todo aquello, propiedades, dinero, acciones, lo qué no le iba a dar era parte de su negocio.

Aquello había sido todo logro, pura y exclusivamente de Elían y eso era algo qué no dejaría al azar y menos qué menos, le regalaría.

—Hagamos está mierda.— Elían sisea.

Emmett confirme sonríe, mira a su hermano mayor y los tres bajan del vehículo, seguidos por sus custodios, quiénes los estaban esperando con bolsos tácticos en mano, para qué cada uno de ellos pudiera colocarse un chaleco antibalas, y tomarán más elementos.

—¡No necesito un estúpido chaleco!— Sonríe cínico.

Peter coloca sus ojos en blanco, y se lo tira, de todas formas, no le importaba si él quería o no.

—Vas a hacer esto con nosotros, y no me voy a arriesgar a qué mí hermana sufra por dos el día de hoy.— Arquea sus cejas.

Elian traga saliva.

—¡Empieza a irritarme hacer esto con los dos!— Sonríe cínico.

Emmett y Peter realizan el mismo gesto. —¿Qué queda para nosotros, no?— Se burla el menor.

Peter elige sus armas, y toma dos cuchillos, Emmett una picana qué Elían observa infla el su pecho.

—¿No lo golpearon así?— Sus ojos brillan de maldad.

—Si.— Demanda frustrado, avanzando a su par.

—Entonces vamos a devolverle un poco de su propio juego, a que ver tan divertido puede llegar a ser.— Sube sus hombros.

OLIVIAWhere stories live. Discover now