OLIVIA

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—¡Vos y yo tenemos qué hablar!— Peter señala a Iván con sus ojos echando fuego.

Justo al momento que pasa por su lado para tomar las llaves de la camioneta.

—Pero primero, espero qué sufras en carne propia ver a tu hermana así.— Le guiña un ojo.

Iván aprieta sus mandíbula, sin entender bien a qué se está refiriendo, acercándose hacía la salida donde Marie baila con Emmett una especie de tik tok qué ella le estaba mostrando en su celular.

—¡Carajos!— Demanda cuándo Emmett la sostiene en brazos y ella suelta una carcajada.

Olivia está junto a ambas madres, charlando como si no se vieran hace siglos o no hablarán a menudo por video llamada.

Iván traga saliva al verla.

Se ve hermosa.

Y quizás por eso reaccionó de aquel modo. Y a pesar de qué no está de acuerdo con la absurda conversación qué tuvo con su padre y Chevron mayor en la cocina, reconoce qué no estuvo bien tratarla de ese modo, y qué había algo de verdad en las palabras de los mayores, al recordarle qué Olivia se apoyaba mucho en él. Y era obligación de Elian ser esa persona qué la mantuviera a salvó y estable cuándo más lo necesitará, por no decir a todo momento.

Muerde su labio inferior y niega, tomando las llaves de su deportivo de entre sus bolsillos.

Peter aparece riendo con maldad.

—Se lo que están haciendo, y me lo merezco.— Sisea alzando su barbilla.

Peter enarca una ceja y lo mira burlón. —¿Si?— Comenta relajado.

Iván lleva una mano al puente de su nariz. —¡Necesito que me apoyes cuando le diga a Olivia qué viene conmigo en el auto!— Sisea.

Esperando qué no tenga que bajarse los pantalones para con Peter Chevron y comprenda de inmediato porqué es qué quiere estar a solas con ella antes de ella al restaurante.

—¿Y yo te ayudaría, por qué?— Sonríe socarron.

Iván suspira.

Y puede observar por el rabillo del ojo cómo es qué Olivia le dirige una pequeña mirada.

—Quiero discúlparme, y necesito hacerlo antes de qué vayamos a ese pub y tú hermana no me deje estar cuidando su jodido trasero!— Argumenta.

Dándose por vencido al tener qué admitir qué estaba realmente preocupado por qué Olivia lo alejara está noche.

Y la misma dejara de ser una gran idea de sorpresa de cumpleaños.

—Emmett quiere qué te comas tus testículos, no sé si va a acceder. Además no estoy muy seguro de querer ayudarte, fuiste un imbécil.— Frunce sus labios, fingiendo qué piensa aquello.

Iván alza sus manos. —¡Cómo si a vos no te molestará que vaya así!— Gruñe apretando sus dientes.

—¡Es mi hermana, aprendí hace mucho tiempo a ser un maldito ninja detrás de ella, sin dejarle en claro qué es demasiado hermosa y provocativa para los ojos equivocados! ¡De la misma forma qué lo hacía tu amigo, y vos no estás entendiendo cómo hacer!— Le guiña un ojo.

Iván traga saliva.

Hoy parecía ser el día en qué todos le daban lecciones de vida y no estaba muy seguro de cómo es qué se sentía al respecto.

Lo qué estaba escuchando ahora mismo era una gran verdad, y temia ser lo suficientemente obvio cómo para hacer enojar a Olivia con sus celos o la protección que él le quería brindar a ella y a su hijo.