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—Tu dirección...— Ordena pasándole el gps portátil, que sacó del soporte, pasándoselo a ella, quién lo toma temblando.

El sudor recorre su espalda, pero logra terminar de escribir dónde se ubica su edificio.

Él le saca de las manos el aparato de manera poco delicada y lo vuelve a colocar en su soporte.

Prende la camioneta y todo dentro de ella ronronea y tiembla.

Pilar se abraza a su cartera con sus labios apretados, cuando él guardia la acompañó a donde estaba su camioneta ella pidió de ir por sus cosas ya que las llaves de su casa se encontraban allí, envio a su jefe la ubicación del auto y se dedico a esperar a que ella suba a su camioneta con la diez muecas que ella realizó, por supuesto que se daba cuenta que algo andaba mal, pero no era asunto suyo, él tenía la órden de llevarla sana a su hogar y eso haría nada más.

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—¿Que acaba de pasar?— Rasca su frente y se apoya en el capot del auto más cercano, aprieta sus labios y lleva su mano a su cadera esperando su respuesta.

—Yo....— Titubea.

—No voy a ser tan paciente como hoy por la mañana... sin mentiras, sin titubeos, ¿Qué mierda acaba de pasar?— Demanda.

Jace asiente y se refriega los ojos cansado...

Suspira y enfrenta a su jefe cruzado de brazos frente a él...

—Pense que tenerla oculta la protegería de la mierda en la que estoy metido, nunca fui trigo limpió pero eso  no importaba porque ella tenía quien le diera un hogar dónde poder dormir.— Abre sus brazos y los vuelve a cerrar,

—Que gran plan.— Se burla cruzado de brazos.

Nunca tuvimos buena posición económica pero ellos trabajaban duro  para el día a día en un bar del centro que era lo único propio que tenían, yo no soportaba esa  situación y quería salir desesperado a buscar mi futuro, no podía soportar la beca de mierda que tenía y que todos mis compañeros tuvieran los autos y motos que yo quería, iba caminando hacía la facultad, antes de dejarla claro...— Bufa cansado, como si recordar su infancia fuera tan difícil...

—Quiero escuchar todo.— Se queja.

—Tenia catorce cuando me fui, pilar sólo tenía ocho años, y nuestros papás fallecieron en ese accidente de tránsito cuatro años y medio después.— Rueda los ojos y mira a su jefe quien lo escucha atento mirando su reloj.

—No te estoy escuchando continuar.— Sonríe malicioso.

—Volvi por ella y me hice cargo de sus gastos y de la mudanza con el dinero de los ocho bancos robados.— Admite.

Emmett asiente...

—Y ahí fuiste preso...— Chasquea la lengua.

—Si no era porque vos me sacabas de la cárcel hubiera perdido su custodia, supongo que eso quizás hubiera sido mejor viendo las cosas en la actualidad...— Suspira.

—¡Qué gran ejemplo!— Se burla poniendo los ojos en blanco.

—Pague su colegio y universidad, pero nunca aparecía por casa, hasta el día de hoy duermo en el bajo, tengo un departamento para llevar putas que comparto con kelian, yo no atiendo sus llamadas... Siquiera me involucro en el bar que ella quiso conservar con todas sus fuerzas, cuándo ellos murieron sólo tenía 14 años, no tenía idea de nada y sólo miraba ese estúpido lugar con sus ojos brilloso, decía qué era lo único que tenía de ellos... Papá la llevaba por las tardes a limpiar y jugar luego del colegio hasta que ella se tenía que quedar sola en casa porque ellos atendían luego de las 19...— Bufa frustrado y desacomoda su cabello.

OLIVIADonde viven las historias. Descúbrelo ahora