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Samantha infla su pecho observando a su hermano y manteniendo las manos sobre su regazo, como solía hacerlo cuando estaba inquieta o incomoda.

Claramente aquella conversación la estaba poniendo nerviosa por completo y no tenía ni la menor idea de cómo podría llegar a ser para comprender por sobre todas las cosas como es que su hermano le estaba pidiendo aquello, y que al mismo tiempo le estuviera mirando con esa mirada tan perturbadora y fría que solía utilizar para sus negocios, pero no para con ella.

Dándole la pauta, por supuesto, de que eso era algo importante para él y que, por sobre todas las cosas, estaba esperando contar con su apoyo para que todo saliera realmente cómo lo esperaba.

Y lamentablemente para ella no podía decir que no, debido a que su hermano se había hecho cargo de los dos, desde incluso muy pequeños, manteniéndolos al resguardo de todo lo que ocurría a su alrededor en su hogar, queriendo dejar a su padre bien parado y no demostrándoles la persona que realmente era.

Más adelante, por supuesto, que lo comprendieron y se enteraron de la verdad por sus propios medios... Pero eso no quitaba el hecho de que él había hecho absolutamente todo lo posible, y hasta lo imposible, por mantener ese secreto lejos de los oídos de su hermana pequeña, yá que eso era simplemente un daño realmente terrible que podía llegar a generar en ella misma.

Estaba más que claro que ningún hijo quería saber el lado turbio de la vida de sus padres, y menos que menos, cómo eran descartados o simplemente como fichas en un juego de ajedrez si no le servían de ninguna manera como tal había sido el caso de Elian en toda esta historia.

—¿Entonces estás queriéndome decir que tengo que salir con él?— Murmura apretando sus labios y bajando la mirada.

Elian asiente mientras que bebé de su café con calma, esperando el momento exacto en el qué le diera la pauta de que iba a hacer todo lo que le pidiera.

De su respuesta dependía su futuro y absolutamente todos sus negocios, tenía que admitir que estaba prácticamente siendo un poco de egoísta, ante el hecho de unir a su hermana con una familia que sabía que el detestaba, y que erán rivales y competencia, queriendo, de alguna manera u otra, pertenecer al negocio de las armas de los hermanos Chevron sabiendo que eso le abriría un montón de puertas.

—Si.— Exclama pasivamente.

Samantha traga saliva e infla su pecho parpadeando.

No esperaba que su hermano le estuviera proponiendo algo de aquel estilo, es por eso mismo desde que llevaban más de dos horas y media sentados, que todavía no podía procesar aquella información en su cabeza y le costaba mucho creer que de aquella unión podría llegar a salir algún negocio mucho mayor.

—Es... ¡Eow, bueno es algo bastante confuso de asimilar!— Se ríe mordiendo su labio inferior.

Elian carraspea y se mantiene calmado, sabía perfectamente cómo hablar con tu hermana y por sobre todas las cosas entendía cada una de sus facciones al estar pensativa.

Es por eso mismo que se va a tomar todo este proceso como si fuera una negociación debido a que claramente lo era por qué se trataba de negocios, nada más y nada menos, y él les prestaba mucha atención a los mismos, y por sobre todas las cosas le dedicaba el tiempo suficiente para que cada cosa saliera como él la tenía planeada, sin que hubiera ningún tipo de error.

—Sé perfectamente lo difícil que esto puede llegar a ser para vos, pero quiero que tengas en claro que habrá un contrato de por medio y que él no te podrá tocar a menos que vos lo permitas.— Asegura mostrándole el contrato que el mismo había preparado para Peter Chevron.

OLIVIAWhere stories live. Discover now