121

31 5 0
                                    

Olivia se despide de sus hermanos y finalmente la pareja puede subirse al deportivo de Elían, para dirigirse nada más y nada menos que a su propio hogar, el único lugar en el que ahora querían a estar.

No olvidando el hecho de que tenían mucho de que hablar, pero que a la vez, necesitaban recuperar un poco de tiempo perdido.

De todo ese tiempo en el que se habían estado negando el uno al otro lo que sentían por el otro.

Elian sonríe maldicioso. —Emmett sabe lo que estábamos haciendo, supongo que va a ser el cuñado que más problemas me vaya a dar.— Agrega relamiendo sus labios.

Olivia lo observa arqueando sus cejas y colocándose el cinturón de seguridad.

—Eso le pasa por no haberse enamorado de un Fitzcher.— Bromea.

Elian hace una mueca de asco haciendo alusión a que lo único que se le pasaba ahora mismo por la cabeza era una relación entre su hermano Malcolm y entre el hermano de su mujer.

Y no en realidad porque fuera una pareja de dos hombres, sino más bien por la personalidad tan distinta que tenían los dos, y más aún recordando y haciendo memoria en que ellos no tenían ningún problema en compartir mujeres en ciertas oportunidades, por lo cuál, hubiera sido algo bastante extraño de pensar que ambos estuvieran enamorados.

—¡No me lo puedo ni siquiera imaginar!— Bromea negando con la cabeza y saliendo de la playa de estacionamiento del restaurante.

Ella solo sonríe poniendo los ojos en blanco.

—¿Entonces estás dando a entender que Peter lo acepta mejor?— Cuestiona risueño.

Olivia muerde su labio inferior. —No creo que a ninguno le cause gracia que nos revolquemos delante de sus narices, pero siento qué intenta no hacerlo personal.— Acota arqueando sus cejas.

Deleitándose con el paisaje y creyendo que se podía acostumbrar a la idea de viajar de dicha forma junto a Elian, sintiendo calma, estando juntos como si no fuera extraño.

—Lo tendrán que aceptar.— Sisea con maldad.

Ella asiente divertida, empezando a comprender el humor negro de Elían, y lo poco que a él le importaba quedar bien con el resto de las personas.

Luego suspira observando hacia afuera, sus hermanos se habían separado del camino, y solo quedaban ellos junto a tres camionetas, una delante y otras dos por detrás.

—¿Vamos a casa?— Murmura al cuestionar.

Elian, apoya una mano en su pierna, al mismo tiempo que asiente. —Se que lo más profesional sería un café, porqué hay que hablar, pero primero quiero hacer otras cosas.— Sonríe coqueto.

Olivia suelta una pequeña carcajada llevando una mano a sus labios. —¿No crees que será de mal gusto estando Franco por allí?— Acota divertida sacando la lengua.

Elian vuelve a sonreír coqueto.

—Le di la tarde libre, Iván se iba y él se fue a los pocos minutos, solo está la seguridad, pero pueden estar en su casa y nosotros disfrutar de nuestra, aunque una simple habitación me sirve y me es más que suficiente para satisfacerte Barbie.— Le guiña un ojo.

Olivia suelta una carcajada. —¡Cuánto ego!— Se burla risueña.

Elian sube su mano hacia su entrepierna, marcando un camino por sus labios, los cuales estaban prácticamente al descubierto y mucho más sensibles al no llegar ropa interior.

—Se de lo que soy capaz, y se cómo te revolcas de placer bajo mío, así qué mí ego está justificado, cariño.— Suelta con voz ronca.

Olivia, carraspea, estaba dispuesta a detener el auto deportivo para subirse inmediatamente en sus piernas y demostrarle que ella mandaba, no obstante, lo piensa bien, y a pesar de que le gusta la idea de ser observada, y todo lo que ese morbo puede ofrecer a la pareja, le parece que lomas conveniente es mantener sus relaciones sexuales entre ellos dos, más aún, sabiendo la poca honda que la rubia tiene para con sus custodios y que aquello sería otra forma de llamar la atención.

OLIVIADonde viven las historias. Descúbrelo ahora