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—Ya estoy.— Sale de la habitación con unos jeans oxford negros, una camisa celeste y un jersey negro encima.

Elían observa que aun va descalza, es por eso que toma asiento en la cama con sus zapatillas en la mano para ponérselas.

—Te traje algo que quiero que tengas.— Murmura ronco volviendo a tomar la caja que había traído consigo.

Olivia mira la caja y luego lo mira a él, ya tiene sus zapatillas converse abrochadas, es por eso que suspira dejando sus manos en su regazo.

—¿Que es?— Toma la caja y abre la misma encontrándose con dos armas, de distintos gramajes, pero lo que más llama su atención es que las mismas no son de su marca, y que tienen en el mango sus iniciales de casada...

El proveedor es uno muy conocido en Alemania, es por eso que aquello la sorprende, pero rápidamente une en su cabeza el echo de que el mismo proveedor era antes el de elian, antes de tener por años el acuerdo entre ellos.

—Quiero que las tengas en los cajones de tu habitación y de la oficina.— Demanda aun de pie a un lado de ella.

Olivia arquea sus cejas y observa las mismas junto a los cuatro cargadores que se encuentran aun en el fondo de la caja. —¿Acaso desconfías de tu seguridad?— Se burla poniendo el cargador en la misma para chequear que tan buena calidad son...

Elían la mira trabajar y vuelve la excitación a su cuerpo, no hay nada más atractivo que una mujer que sepa defenderse sola, y olivia sin dudas sabe lo que hace con un arma en la mano.

—Estoy teniendo todos los frentes cubiertos, son automáticas, vas a tener buena reacción en caso de necesidad.— Explica manteniéndose serio.

Olivia niega con la cabeza y apunta hacía el castaño, el mismo siquiera se inmuta, la mira fijamente a la expectativa de que muestre su puntería, pero la rubia no lo hace, baja la misma con una mueca y asiente tomando la otra.

—¿Y como estas seguro de que voy a aceptar tu regalo de otro fabricante, sabiendo que yo diseño armas?— Mueve su cabeza a un costado irónica.

Elían le quita el arma rápidamente de manos y pasa la misma por el borde de su mandíbula...

Rosando el metal contra su suave piel recién bañada. —Porque es una maldita orden, barbie.— Sisea.

Ella se ríe y muerde su labio inferior cuando el castaño le deja la pistola a un lado de su cuerpo sobre la cama.

—¿Solo pensas darme cuatro cargadores?— Se carajea arqueando sus cejas.

Elían asiente. —No vas a tener que usar ninguno, te lo aseguro.— Responde alejándose hacía la ventana. 

—Bien... Encantador tu regalito de bienvenida.— Murmura poniéndose de pie para dejar un cargador y el arma cargada en el cajón principal de su mesa de luz, tal como Elían le pidió.

—Tu regalo de bienvenida esta cruzando el portón en realidad.— Suspira moviendo su cabeza a un costado. 

Olivia lo mira achinando sus ojos y niega con la cabeza, pero cuando Elían le hace una seña para que salgan de la habitación ella lo hace junto a su arma y el cargador.

—¿Pensas recibir a los invitados así?— Se ríe al ver lo que lleva en la mano.

—Vos tenes una siempre en la espalda.— sonríe irónica. —¿Por que no podría?— Ladea una sonrisa de costado.

—Porque no lo necesitas.— Reitera.

Olivia rueda los ojos y lo mira con burla. —La guardare en la oficina que me diste.— Explica obvia.

OLIVIAUnde poveștirile trăiesc. Descoperă acum