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—¿Buenos días, amigo?— Iván le sonríe entregándole unos diarios con una sonrisa divertida cruzando sus labios.

—Podrían ser mejores pero no me quejo.— Observa los diarios con una mueca viendo qué es portada junto a la rubia...

—Date un poco el crédito de que anoche salió todo increíble.— Toma asiento delante de él en su oficina y se cruza de piernas.

—Tuvimos algunas complicaciones pero podemos rastrear al menos a dos de ellos.— Chasquea la lengua llamando a Franco para que les traiga dos café cargados.

—¿Durmió acá?— La busca con la mirada.

El castaño niega.

—Se fue a la casa de sus hermanos.— Responde ensimismado en su trabajo.

—Ya sólo le queda un día para hacerlo.— Iván se ríe.

—Hablando de eso no te olvides de ser puntual mañana.— Lo señala y su amigo sube sus manos sonriendo.

—Nunca llegaría tarde al casamiento de mi mejor amigo.— Le guiña un ojo.

Elian rueda los ojos mientras que Iván se ríe. —Es una simple formalidad, Iván.—Recuerda.

—Simple formalidad que te molesta que ella haya puesto como condición que sea meramente íntima.— Alza una de sus cejas en su dirección teniendo toda la razón.

—La ceremonia y la fiesta no lo serán.— Sube sus hombros mientras que Franco ingresa luego de haber golpeado la puerta.

—Señor le dejó aquí sus cafés y le agregó de cortesía al señor Iván unos macarrons que hizo el chef para la demostración del banquete de mañana.— Informa.

Iván sonríe agradecido

—Justo lo que necesitaba.— Sonríe en su dirección mientras que el castaño rueda los ojos.

—¿más dulce todavía?— Iván sonríe, nuevamente, subiendo sus hombros.

—Soy hipertenso, no diabético.— Le recuerda rodeando los ojos a lo que su amigo suspira colocándole azúcar a su café.

—Señor disculpe que lo moleste pero me gustaría recordarle que tiene en veinticinco minutos una reunión con la señorita Chevron.— Baja la cabeza con cortesía dejando las manos detrás de su espalda.

Iván lo mira divertido.

—Por supuesto, que tengan el auto preparado.— Pide.

Franco asiente retirandose.

—¿Lograste que fuera?— Prueba uno de los macarrons y hace un gesto de placer con sus labios.

—Sí esperemos que me diga la verdad.— Chasquea la lengua.

—Bueno no se caracteriza por ser una chica fácil.— Sonríe.

—Tengo mis métodos para que se doblegue ante mí.— Asegura.

Iván sube sus manos y lo mira extrañado.

—Intenta no abusar de esos métodos, que el hermanito menor parece ser bastante chispita.— Le recuerda para intentar cuidar a su mejor amigo.

—Al menos tiene agallas.— Frunce su frente pensativo.

—Sobrevivió a todos los golpes de Malcolm.— Se ríe.

—A veces la mente es más fuerte que el cuerpo, Iván nunca lo olvides.— Sisea.

Él sonríe...

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OLIVIAWhere stories live. Discover now