Capitulo 3

17 2 0
                                    



La noche parecía burlarse de Jungkook, que rondaba a oscuras por las calles, el frio le calaba en todas partes. Tenía sueño, estaba cansado, había tocado un par de puertas pidiendo un lugar en donde pasar la noche, pero todos le cerraron sus hogares en la cara.

Decidió dejar de rondar, y se sentó nuevamente en una banqueta recargado a una pared.

Estaba enojado, no, eso era poco, estaba hecho una furia. Maldecía interiormente, quería golpearse la cabeza y gritar.

No había lógica alguna, como fue a llegar ahí, quizás era esas historias de los periódicos sobre personas que afirmaban que aparecían en un lugar distinto de la nada.

¿Pero cómo?

Cuando se dio cuenta, ya estaba comenzando a amanecer, pues el cielo estaba cada vez más claro, en unas horas más, ya empezaría el movimiento ajetreado de las personas para dirigirse a sus respectivos trabajos.

-¡Mi empleó! Me despedirán si no llego a tiempo- Ahora comenzaba a hablar solo, si, así de triste era su vida en estos momentos. Se levantó y se orientó a una parada de autobús.

¿Como pagaría ahora un boleto? Ni siquiera él sabe, no podía estar esperanzado a que alguien en medio de este mundo se apiadara de él y le diera unos cuantos dólares para poder ir a casa. No, hay que ser realistas, ¿definitivamente en su sano juicio quien le brindaría hospedaje y dinero a un completo desconocido? Así es, NADIE.

Así de antipática es la sociedad, cruel como un león hambriento, y engañoso como una serpiente en el desierto.



Rechazado, esa era la palabra más correcta para usar en este caso. Aun con un poco de esperanza como buen iluso que era el pelinegro, pidió a varias personas que le brindaran unas cuantas monedas, y claro, es Chicago...

"¡Largó, vallase de aquí!"

"Pordiosero bastardo, mejor consiga un trabajo en vez de querer quitarnos el dinero"

"Moleste a otro, si no quiere que le de una golpiza"

En conclusión, nadie le quiso ayudar.

Camino sin rumbo, con la cabeza gacha, quien sabe cuántas calles y cuadras, hasta que algo en su instinto le dijo que alzara la mirada. Allí estaba, aquel callejón en el que fue dejado la noche anterior. No se dio cuenta en qué momento camino en hacía ahí, quiso darse la vuelta, pero algo lo hizo detenerse bruscamente, camino sin voluntad, sus pies se movían por si solos. Se detuvo hasta llegar en frente del portón negro de una gran casa, mejor dicho, una mansión.

Las puetas negras se abrieron de par en par, para darle paso a un auto de lujo oscuro que se dirigía a la salida. Bajo la ventanilla, dando a ver al hermoso hombre castaño, Taehyung Kim.

Como si fuera cámara lenta, ambos se fulminaron con la mirada, el ojicafe abrió la puerta del auto para dejar entrar al pelinegro, que este sin rechistar entro sin voluntad propia, sin ser consciente de sus actos, solo se dejaba guiar por lo que creyó que era su lobo. Que equivocado estaba.

Minutos después reaccionó, ahora estaba dentro de un auto con un hombre cano bajo el volante, y dos en la parte trasera junto con él, un azabache y un gánster, ambos vestidos de negro con sus respectivos clásicos sombreros.

-Necesito bajar- Pidió el pelinegro, aturdido.

-Ahora quieres bajar, cuando tú mismo decidiste entrar- Hablo tranquilamente el gánster mirando por la ventanilla.

El Violeta de tus Ojos (TAEKOOK)Where stories live. Discover now