Capítulo 11

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Después de todo el alboroto causado, las cosas volvieron a su completa normalidad.

Yoongi arreglaba las maletas de Kim, pues saldría de viaje a Nueva Jersey, incluso Jeon iría con el, pues tendría que aprender los negocios ahora en el exterior.

El viaje en tren fue pacifico sin complicaciones solo con el castaño un poco mareado. Llegaron a una gran mansión de cinco plantas con flores blancas a su alrededor.

-Esta es una de mis tantas propiedades aquí en Estados Unidos- Le explicó el mayor, subiendo las escaleras para llegar a la gran puerta blanquizca.

-Es demasiado lujo- Dijo el pelinegro, mirando las paredes adornadas de figuras extrañas.

-Alberga muchas personas, cambiando de tema, no descanses, vamos a salir de nuevo a ver los asuntos.

Al dar la vuelta, alrededor de unos diez hombres y mujeres vestidos de elegantes sirvientes, se inclinaron al ver al gran Taehyung Kim. Uno de ellos camino un paso al frente y habló:

-Señor Kim Taehyung, es un privilegio su presencia en esta su morada.

-¿Como han estado, Lay? ¿Algún inconveniente aquí, en mi ausencia?- El mayor preguntó, bajando cediéndole una de sus maletas a un sirviente.

-Ninguno señor, hemos cuidado bien de este recinto- Se inclino con respeto.

-Lo se. Gracias por su arduo trabajo- Les correspondía el castaño con respeto- El hombre aquí presente- Señalo al pelinegro -Jungkook Kim será su nuevo líder, difúndanlo por todas partes ustedes, que se enteren hasta los muertos que están debajo de las alcantarillas, ¿Bien?

Jungkook se confundió y miro extrañado por que el castaño le había puesto su apellido "Kim"

- Si, estamos a su servicio señor Kim- Pronunciaron robóticamente todos ellos y se inclinaron ante el confundido y nervioso Jungkook.

- Agradezco su servicio a todos ustedes- Hablo el blanquecino, tratando de sonar seguro, pues el tener a gente mostrándole sumo respeto, era incómodo y difícil para él.

- ¿Desean algo especial para la cena? Prepararemos lo que sea de su gusto- Exclamó Lay alfa, un buen sirviente que dedicó dar su servicio fiel al gánster Kim, desde que lo saco de las calles cuando su familia le traicionó.

- Lo dejo a su disposición- Miro a Jeon- Ven conmigo.

Lo siguió a una de las puertas, una recamara que tenía una gran mesa, era una habitación con oficina en la misma.

-Jungkook, las personas con las que nos vamos a reunir son mis hombres, pero es demasiado visto que me están robando, no preguntare porque, pero puedo darme una idea. Así que a estas alturas ya les debe de estar llegando la noticia de su nuevo líder que eres tú. No te conocen y prácticamente para ellos presentas un nuevo peligro- Se recargo en su escritorio.

- ¿Un peligro? Mas bien ellos parecen ser un peligro- Se quedo de pie.

- No lo son, se creen con las agallas porque me han estado quitando el dinero porque lo permití sin que se enteraran, pero me está cansando esta situación. Saben que no pondría a nadie al mando de la noche a la mañana, a no ser que sea alguien que incluso me pueda superar. Ese es su temor.

-No soy tan bueno como tú, y no podre nunca. Perfeccionas todo a detalle, no sé si pueda hacer todas tus expectativas que tienes en mí- Se preocupaba, sentía presión por no ser lo suficientemente bueno, no quería decepcionar de alguna manera a Kim.

-Basta con eso, te he dicho que te esfuerzas mucho y lo lograras. Así que deja esas banalidades de una buena vez, Jungkook. Esa actitud solo atrasa todo- Cansado de ese asunto Kim protesto ante lo dicho por el alfa.

-Esa la verdad, no me siento bien el tener a gentes llamándome señor, es más, ¿Porque me llamaste Kim?- Renombro aquello.

-¿Que querías? ¿Que diera tu apellido real para que después te investiguen y se encarguen de destruir a tu familia? ¿Eso querías, Jeon? Porque, si lo hubiera hecho estaría tu familia muerta en menos de 24 horas- Tomo un libro del escritorio y lo aventó en dirección a una figurilla de barro, enfurecido, consumido por tantas obligaciones y todavía con un hombre que está reprochando que no se siente bien que le den respeto.

Absurdo.

Jungkook solo le miro, enternecido por la situación, y un sintiéndose un estúpido por todo eso, Kim solo lo hizo para protegerlo y el siendo...siendo el.

- Taehyung, perdona yo...- Trato de disculpase, pero como siempre fue interrumpido.

-Señores, el auto les espera- Una omega baja y delgada les hablo antes de tocar la puerta, un poco apenada pues sintió que entro en un mal momento. Todos, absolutamente todos los habitantes de ahí creyeron que ese alfa atractivo que llego con el gran señor, era de Taehyung.

Pero solo esparcirían lo que se les pidió, no lo que ellos pensaban.

-Vamos- Le dijo Kim, al pasar a su lado con seriedad.

Otra vez las cosas habían empeorado.


...


La música de un piano y una voz cantante femenina era parte del lugar al que habían llegado. Un bar elegante, lleno total, con hombres jugando en las mesas, bebiendo cerveza y toda bebida alcohólica de la época, con mujeres bellas a sus lados, algunas muchas sentadas a sus regazos.

El joven Jeon miraba plasmado todo aquello, en su vida había estado en algo así, no le gustaba ese ambiente.

-¡Señor Taehyung Kim! Hace tiempo que no venía a este lugar, ¿qué le ha traído por acá?- Una voz chillona de hombre, les dio la practica bienvenida. Un beta adulto de cabellos risos, sosteniendo por la cintura a una morena.

-El lugar es mío. ¿Dónde está  Jeonghan Yoon?- Con su porte de excelencia sin abrumar, preguntó el gánster.

-En la parte de atrás, señor ¿Quiere que le avise de su llegada?- Ofreció y la morena beta, se lamia el labio seductoramente hacia Kim y Jeon, bajando su escote siendo ignorada por ambos.

- No hace falta, continua con lo que sea que haces- Le dio señas al pelinegro para que lo siguiera, el solo miraba y escuchaba.

Antes de abrir la puerta trasera, Taehyung se detuvo y miro al blanquecino.

- Escucha...- Capto su mirada- Si llegan a decir algo para intimidarte, solo no muestres que te afecte y...- Le extendió por debajo un arma de calibre pequeño- Aprieta el gatillo si llego a indicártelo.

-Taehyung, no sé cómo disparar aun- La tomo, aguantando el temblor que ejercían sus manos al sostener el arma negruzca.

- Esta es la más sencilla de utilizar, apunta y jala. Cuando regresemos a Chicago ya te enseñare a usarlas.

- Quiero pedirte...

- No es tiempo para esto, dimelo despues- Y abrio la puerta, para encontrase a seis hombres, dos sentados y cuatro de pie a sus espaldas. Reían con las cartas de barajas en sus manos, miraron estupefactos ante la presencia de el Tigre de Vante.

-S-señor Kim- Palidecieron todos los presentes.



La tarea está en modo espera

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La tarea está en modo espera...

El Violeta de tus Ojos (TAEKOOK)Where stories live. Discover now