Capítulo 22

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-Nos encargaremos de dejarle el documento a los Gerald, lo persuadiremos para que firme, y pague lo justo a esas personas, ustedes no tienen de que preocuparse- Seongwu decía cuando la señorita secretaria termino de escribir el papel inmediatamente.

-¿Esta seguro que no se negaran a firmar?- Pregunto el pelinegro.

-No cuando el señor Van esta involucrado en esto- Colocó el sello lleno de tinta sobre la hoja.

-Nosotros nos retiramos. Llamare para saber los detalles- Dijo Taehyung.

-Si, por supuesto, solo denos una semana y lo tendremos resuelto- Sonreía, pues estaba satisfecho de ayudar a una de las personas mas influyentes del pais, eso queria un aumento si se lo comentaba al jefe.

Ya en el auto, antes de encenderlo, Taehyung suspiró.

No se sentia bien, pero eso era lo de menos.

-¿Tienes hambre?- Se expresó a Jeon mirando al frente.

-Un poco- Revisó su reloj, y valla, habían pasado unas horas, ya eran pasadas de las once y todavia no desayunaron- Es tarde, no estaria mal comer algo.

No respondió mas el mayor, y arranco el motor.


Llegaron a un restaurante de nombre Oyster House, no era algo extra fino, pero era decente con un toque de elegancia. Tomaron asiento en una mesa que eligieron y tomaron la carta, para que inmediatamente llegara un mesero a tomar su orden.

-Sabe bien- Habían pedido lo mismo, filete con arroz bañado en salsa de soja.

-Pasable- No pronuncio mas. Jungkook por un instante, creyó que estaba enojado, no hablaron mas después de salir de la jefatura, y eso lo hacia ponerse ansioso.

¿Hizo algo malo?

-Taehyung, ¿Algo te desagrada?- Dudó en preguntar, pero lo hizo. El contrario pauso sus movimientos en el plato.

-No, termina tu comida- Cortó un trozo de carne, termino de forma rapida el arroz, bebió el zumo de limón y se levanto de su silla- Ahora vuelvo- Hablo rápido.

-Tae...

No supo que paso, queria ir tras el, pero solo quedo con su plato haciéndole compañía. Quizas queria espacio, lo entendió y comió en silencio.


...


Mierda, ¿que pasa?

Respiraba acelerado, y su cabeza dolía terrible.

Estaba recargado en una mano en la pared, detrás del local, donde no se podia ver su presencia.

La presión en el pecho, el dolor de cientos de agujas clavándose no lo hacían pensar claro.

Sus ojos pesaban terrible, y sentia que estaba a nada de colapsar en la acera. El cráneo le palpitaba, y queria vomitar.

Lo hizo.

Asqueado limpio su boca sacando un pañuelo de su saco.

Okey, esta vez no se sintió tanto.

Ya había tardado, asi que regresó rápidamente al restaurante, ahi seguía el menor, esperándolo por que su comida, ya fue terminada.

-¿Pagaste la cuenta?- Fue lo primero que preguntó el mayor, y en respuesta el pelinegro asintió- Entonces vámonos, necesito hacer una llamada.

El Violeta de tus Ojos (TAEKOOK)Where stories live. Discover now