Capítulo 13

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Un segundo, un precioso segundo toma para accionar una bella arma, quitándole a alguien su simple existencia, viendo la propia rojiza sangre escurrirse para apoderarse de un cuerpo en su exterior.

Que belleza. Pero pocos la pueden comprender.

Un Rey marcaba la carta más alta del juego. Indicando la gloria y el ganar.

Con fuerza volteo la meza el castaño, quedando oculto en ella, jalando al pelinegro junto a él.

Era ensordecedor las balas cayendo, pero también exquisito.

- Ve para alla- Señaló una barra de madera para que se fuera a ocultar el pelinegro- ¡Jeon, nos están lloviendo las malditas balas! ¡Ve para alla! - Ordenó el gánster, haciendo movimientos con sus brazos al mover las pistolas.

Kim ahora tenía en sus manos dos armas, salió un poco apuntando a un par de cabezas. Disparó sin tiempo de alguna reacción.

Dos menos, aun había tres.

Corrió el pelinegro bajando el dorso con temor, con el gánster cubriéndolo.

No, temor era poco, estaba plasmado de pies a cabeza, ni siquiera podía pensar con claridad. Se agachó asomando un poco, viendo como el mayor salía del escudo de meza para pararse por completo, disparando una y otra vez, rebotando los fardos en las columnas donde se ocultaban los tres sobrantes, incluyendo a Jeonghan, correspondiéndole a los ataques.

Se giró engañando a la vista para que ser descuidaran y le dio al pecho de uno más.

Muerto.

-¡Da tu bastarda cara, imbécil!- Le gritó con su gruesa voz Kim, al omega escondido detrás de esas columnas grises.

-¡Cállate!- En total enojo emanando, correspondió a las provocaciones y salió con su revolver disparando. Tan inútil, que no se dio cuenta que por abalear a la nada, se quedó sin casquillos.

Oh omega, tan estúpido, incomparable ante el señor Taehyung Kim.

-Mírate Jeong-han, ni siquiera te disté cuenta de que a esa arma le entran quince balas y llevas quince veces dándole a esa mesa. ¿Y con ese error piensas poder quitarme de la línea que yo mando?- Kim, tenía toda la razón en la palabra, con esa seguridad que siempre pertenecía a él.

-¡Si no soy yo, alguien lo lograra!¡Alguien acabara contigo...!

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Tres balas, dos en el pecho y una en la cabeza directa al cerebro, fue su merecido de parte del mayor. Terminó con esa traición como si nada.

Queda uno, un alfa que tambaleaba recargado a la pared, trago saliva y salió directamente a la muerte riendo enloquecido.

Si, un demente.

El pelinegro se inclinó para ver, pues por un leve momento se tornó todo en silencio.

Vio cómo se mostraba un hombre alto de cabellos rojos que sostenía esa pistola negra, emitía quejidos de risa y burla.

Jeon sintió un nervio más fuerte que nada, miedo revuelto con algo más, que se multiplicó cuando se percató que el omega Kim, tiro al suelo sus dos armas.

¿Que está pasando?

Tembló y miró el revolver que le dio el castaño.

Él dijo que me indicaría cuando usarla.

Se repitió eso varias veces, pero abrió los ojos en grande cuándo el pelirrojo apunto hacia el omega, y este solo le veía seriamente.

¡¿Por que no hace nada?!

El Violeta de tus Ojos (TAEKOOK)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora