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~Lilith-june Anderson~
17 años atrás...

Olvidé la libertad que tenía antes de ser madre, y no es que no me gustara serlo, pero cuando conocí a ese hombre en la heladería y me planteó la idea de que parecía niñera de mi propia hija en mi mente entró la posibilidad de que quizá seguía siendo algo más aparte de madre y una paciente de una enfermedad terminal.

Deseaba descubrirlo y saber que más me estaba perdiendo, por eso le pedí a mi marido que se hiciera cargo de la Isana con la excusa de que iría a una reunión de la facultad, lo cual era una mentira que él se tragó tan sencillamente. Ambos sabíamos que de los dos era quien más tiempo pasaba en casa, haciendo las tareas domesticas o cuidando de nuestra hija, merecía esta salida.

Isana estaba dormida.

Observé a mi esposo terminar de arroparla con ternura que me sentí mal, pero tenía que volver a sentirme yo misma y debía ir a ver lo que el mundo me tenía.

—Tomaré el auto —declaré.

—Oh, está bien. Diviértete con tus ex compañeros, linda —me tiró un beso al aire acompañado de su característica sonrisa.

—Ok, eso haré —camino hacía él y le doy un suave beso en los labios que corresponde dulcemente.

Es hora de irme.

~×~

—¡La joven niñera, Lilith-june! Vaya, que sorpresa verte por aquí.

—Si, al final me convenciste de venir—digo —. ¿Esta es tu habitación, eh? Bastante elegante si me dejas decir, creo que seré yo quien cambie de carrera.

—¿Esto? Por favor, esta es mi habitación de visitas.

—Respecto a tu modestia...

—Oh, solo estoy bromeando. Pero dejémonos de tonterías, ¿quieres decirme que te hizo cambiar de opinión?

 Pero dejémonos de tonterías, ¿quieres decirme que te hizo cambiar de opinión?

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