9.

14 5 23
                                    

~Lilith-june Anderson~
16 años atrás...

Han pasado cuatro semanas desde el parto de Benjamín, ese fue el nombre que Dallas decidió ponerle a nuestro bebé, me gustó mucho porque cuando lo investigué resultó significar fuerza, que es justo lo que mi pequeño necesita para enfrentar el destino que su hermana mayor ya había logrado vencer: no lo había visto más que solo ese día, porque Dallas no quería verme después de lo sucedido. Estaba tan concentrado en su rencor hacia mi que no le permitía a su bebé pasar tiempo con su madre. Miré a la mujer que tenía enfrente cargando a su pequeño en sus brazos y la tristeza me invadió.

—Dios, por favor déjame ver a mi hijo —dije esperando que me escuchara —. Estoy consciente de mi error, pero mi pequeño no merece ser castigado por mi culpa. No me perdonaré el no verlo crecer.

En mi celular busqué el número del hombre que podía darme lo que quería, pero al verme vi en el reflejo a una mujer que ya no reconocía y me detuve de accionar, ella me miró con culpa en sus ojos y sabía que ese sentimiento no se iría pronto.

—¡A casa, mami! Ya tengo sueño —llegó mi pequeña restregando sus ojitos y sonreí ante la imagen.

Las tardes últimamente son tan monótonas, Isana y yo venimos al parque cada día, yo con la esperanza de encontrarme al padre de mi hijo aunque sepa que vive en el país vecino y ella con la alegría de jugar, luego regresamos a casa. Sin importar cuando trate, él continúa con su decisión de apartarme de la vida de nuestro bebé.

~×~

Una conocida voz me despierta el sábado en la mañana, mi pequeña niña pidiendo que su madre se levante a alimentarla. Mis ojos picaban y sentía las lágrimas acercarse al pensar en mí otro bebé.

—Recuerda que debes cepillarse los dientes antes de comenzar el día, Isana. ¿Ya has hecho eso? —le pregunto porque sé que su repuesta es no.

Isana, querida, ¿por que no te gusta ser higiénica?

Igual que yo cuando era pequeña, supongo que ahora entiendo a mamá.

Vamos a hacer lo que le pedí y luego me sonríe mostrando sus pequeños dientes. —Gracias por obedecer, ahora sí, ¡hagamos el desayuno!

—¡El desayuno!

~×~

Días después...

La alarma comienza a sonar y eso me indica que es momento de esperar, tengo que darle desayuno a Martín antes de que vaya al hospital, luego despertar a Isa y alimentarla también. No quiero ir a cocinar y Milán se da cuenta de eso, por lo que me dice que él se hará cargo de su comida y que yo despierte a nuestra pequeña, lo hacemos así; me levanto de la cama y me lavo la cara, cuando regreso a la habitación veo la hora en mi teléfono y realizo la misma llamada que todos mis días, le marco al teléfono de Dallas y, como todos los días, me envía al buzón de mensajes, no me rindo y envío el mismo mensaje que desde hace treinta días, en el cual casi me suplico que me perdone y me permita ver a nuestro hijo, sin embargo parece no estar dando resultados. Al terminar de grabar el mensaje me doy cuenta de que mi esposo me ve desde la puerta. Ya allí, me percato de la mirada que tiene y lo que supongo que me dirá.

—Debes de alejarte de ellos, Lilith-june. Sabes que es por el bien de nuestra familia, deja de pensar en lo que pudo ser porque no será.

—Tu no puedes decirme que debo hacer, Milán. Es de mi hijo de quién estamos hablando y voy a seguir tratando de tenerlo en mi vida así te guste o no.

—¡Bien! Pero tendrás que tomar una decisión. ¿Dallas o yo? ¿Benjamin o Isana? Decide cuanto antes o los perderás a todos —se va de la habitación.

~×~

~×~

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
Beginning Where stories live. Discover now