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~Milan Martin~

Sabía que este momento nos marcaría, que dejaría un vacío en nuestra familia que no podríamos llenar jamás, sin importar cuanto lo intentaramos. Aún así, me preocupaba que nos perdiéramos tratando. Les había pedido a mis pequeñas que sufrieran su luto de la manera en que debieran, entonces esperaba que no huyeran de su dolor. Isana me había prometido que sería fuerte para todos, pero le dije que no era necesario, porque no pretendía que tomara el lugar de su madre, claramente ese papel me pertenecía a mi como líder. Por eso me preocupaba que mi hija sucumbiera a la culpa, que no respetara su dolor. Isana y Evora se enfrentaban a un dolor que ni siquiera yo había experimentado jamás. Observé la tristeza en su mirar, pero ninguna de las dos lloraba en el velorio.

—¿Ahora se presentan? ¿Donde estuvieron cuando mamá los necesitó?

Hija mía, no te adueñes de rencores que no son tuyos.

Dejé escapar las palabras que pasaron por mi mente casi como un reflejo y a Isana no le habían hecho mucha gracia, pero no se alejó de donde estábamos.

—De verdad lamento que no haya podido despedirse, señor Anderson —ni siquiera me moleste en saludarlo, pasé a la parte en que me disculpaba y él me sonrió al estrechar mi mano.

—Oh, también lamento que no hayas podido reprocharle nada antes de morir. Espera, ¡eso sí lo hiciste! —comentó mi hija con rabia.

El padre de Lilith-june siempre fue un hombre inexpresivo, pero la reacción que tuvo a las palabras de Isana no fue propia de él, pues solamente esbozó una sonrisa en su dirección.

—Una disculpa por la falta de respeto de mi hija.

—¿Una disculpa? Él que debe pedir perdón es otro —aseguró ella —. ¿O es que no sabes de qué te hablo, abuelo? Ni siquiera debería llamarte así.

—Es suficiente. No vas a hablarle así a tus mayores —le advertí.

—Resulta que soy lo suficientemente grande como para hacer lo que a mí me plazca, papá.

—Es evidente que no sabes que no le debo nada a tu madre. Ni a ti.

—Ahora también me debes una disculpa a mi —le dijo con una sonrisa falsa antes de caminar a quien sabe dónde.

—Me disculpo por su comportamiento —le doy una mirada apenada y mi suegro sonríe.

La gente se va poco a poco de la habitación que rentamos en la funeraria, el tiempo pasa volando y la noche casi se acaba. Ahora sí podía seguir con mi tristeza en paz.

~×~

~

Isana Martin~

La llamada de atención de papá estaba de más, él no podía decirme que hacer y que no desde que cumplí la edad suficiente para tener mi propio auto, pero eso no impedía que me siguiera tratando como si de una niña se tratase y no lo era, tampoco era una frágil flor que se podía romper al solo recibir un golpe, y ya era tiempo de que se diera cuenta.

—¡Ahora resulta que no le debía nada a mi madre! —grité frente al espejo del baño, no quería parecer loca, pero necesitaba exteriorizar la ira.

Mamá merecía una familia mejor.

—Es impresionante lo fuerte que eras —dije a la foto que tenía de ella en mi celular —. No sé si podré continuar mi vida sin ti. ¿Que tipo de hija no se despide de su mamá por estar molesta?


Una lágrima se escapó de mis ojos.

—Y lo peor es que te perdone por lo que hiciste —solloce.

—¿Isana? ¿Estas bien? —mi hermana entró al sanitario y con una mirada triste se preocupó por mí.

—Así es. No te preocupes.

Alejarme el dolor de mí hará que dejé de doler más fácil.

—Ok, si tú lo dices. Papá nos estaba buscando —tendió su mano y con una disimulada acción logré limpiar mis lágrimas antes de ir con ella.

No quería creerlo, no quería pensar que la muerte de mamá me dolía tanto y es más fácil fingir que algo no está allí que enfrentarlo. Pero una parte de mí sabía que lo único que hacía era prolongar el dolor, que papá tenía razón y que nada de eso era mi culpa, en realidad no era culpa de nadie, solo que yo insistía en llevar esa carga porque me sentía la responsable de lo que había ocurrido, aún si yo también sabía que no era cierto. Sabía que mi madre había sido víctima de una enfermedad mortal, era todo, pero quería hallar a alguien a quien culpar y solo se me ocurría hacerlo yo. Entonces, ¿por que sentía todos estas contradicciones en mi interior?

 Entonces, ¿por que sentía todos estas contradicciones en mi interior?

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