Capitulo 4: ¿Puedo sentarme?

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Ian.

—Así que has hablado con ella por fin, todo un logro.

Habla Mick mi mejor amigo, con un brazo sobre mis hombros, y expresión entre divertida y orgullosa.

—Ya habíamos hablado antes —sonrió.

—Si con hablar te refieres a una sonrisa y a asentir —ladea la cabeza para mirarme—, Pues sí, sí han hablado bastante.

—Que molestó eres.

—Bah.

—Déjalo en paz Mick —dice Jana mi amiga apoyándome.

Suspiro frunciendo los labios.

—Oh, como olvidar cuando te pille escribie...

—Deja de ser tan molestó —Jana le pega con un libro en la cabeza a Mick.

—Bien, pero no recurramos a la violencia.

Jana luce satisfecha con su respuesta así que vuelve a abrazar el libro contra su pecho tal y como lo llevaba antes.

—Así que hablaste con ella ¿Eh? —Jana suelta una risita.

—¿Por qué les interesa tanto el tema?

—Ayer a la salida Mick y yo nos fuimos, pero tú te quedaste esperando por ella.

—Sí, pero...

—Y además suponemos que le dejaste otra carta —agrega Mike.

—¿Que son ahora detectives? —les doy una mala mirada.

—No, solo nos interesamos por tu vida —habla Jana.

—Ya, claro.

Entramos al aula donde dan la clase de matemáticas.

Tomo asiento y los otros dos seres molestos se sientan justo a mi lado.

Recorro el aula con la mirada buscándola, hasta que doy con ella, está sentada en una esquina hablando con su amiga Elisa, que cabe decir también es mi amiga.

Elisa parece comentarle algo muy animadamente, mientras ella solo la mira con una sonrisa en los labios, pero con sus ojos carentes de brillo.

—Amigo si la sigues mirando así, se dará de cuánta que eres tú el de las cartas —Mick me da una palmada en la espalda.

—No tienes forma de saberlo —apartó la mirada.

Escucho la risa de Jana.

—¿Y como están tan seguros de eso? A lo mejor ya lo sabe y está pasando de ti.

—¿Para que enemigos si te tengo a ti? —suelto irónico.

—Solo te estoy jodiendo Ian.

—Silencio, ya llegó el profesor —nos manda a callar Jana.

Todo el aula se queda en silencio cuando el profesor entra, hombre de de estaturas baja, complexión robusta y mirada desdeñosa.

El profesor de matemáticas en uno de los más odiados en el instituto ¿Por qué? Pues es fácil deducirlo pues casi nadie en bueno en esta materia y él no pone peros para poner una grandísimo cero en la hoja.

—Muy bien. Saquen sus cuadernos —nos dice cuando deja su computador en el escritorio.

Todos absolutamente todos nos quejamos, hasta yo.

—Ya va a empezar —lloriquear Mick.

—Llorón —le dice Jana.

—Lo dices porque tú, toda esta cosa de los numeritos lo entiendes.

Aviones de papel Donde viven las historias. Descúbrelo ahora