Capitulo 29: Lucia

35 16 45
                                    

Lucia Harriet (Madre de Haether)

Aquí sentada, en la sala de espera de un hospital, otra vez me está atacando ese miedo y esa desesperación de no saber que está pasando y con la incertidumbre que tengo en el pecho, porque no puedo, no quiero perder a otra hija.

Estoy aterrada, mi niña está en una de esas habitaciones, cuando la hemos traído rápidamente en auto, porque después de soltarnos todas nuestras verdades en la cara, se había puesto demasiado pálida, y luego se desplomó cayendo en los brazos de su padre.

Y yo no paro de mover mi pierna, esperando a que el doctor que la esta atendiendo salga de una vez y diga que es lo que pasa con mi hija. Y siento un vacío en el pecho ante la perspectiva de que sea algo malo, ya hemos pasado por esto una vez, no quiero repetir esa historia.

Sus palabras llenas de verdad siguen rebotando en mi mente, «Miren, yo también estoy mal», «no veo más que la preocupación por ustedes mismos», «yo también los necesito». No tengo excusa, acepto que tal vez, he sido una mala madre estos últimos meses. Me preocupo por mi hija, más de lo que ella cree, pero tengo que reconocer que no le he prestado mucha atención, no me he sentado a hablar con ella como haría una madre con su hija, no he hecho nada de eso, solo me he encerrado en mi dolor.

Y tuvimos que llegar hasta aquí, para que pudiéramos abrí los ojos de una vez, la muerte de mi hija, Alexa, me pegó realmente fuerte. Era mi hija e hicimos todo lo posible, hasta lo imposible para poder vencer ese canser, para ganar, pero nada funcionó y hoy veo que la que más a sufrido con la muerte y todo lo que ocurre al rededor, es mi hija Heather y todo por nuestra culpa.

Ella y Alexa eran muy unidas, para todos lados andaban juntas, eran inseparables, sus propias confidente, siempre que tenía una pillamada y una se quedaba en casa de sus amigas, la otra no podía dormir en toda la noche. Era un vínculo de hermana a hermana que nadie podría romper, jamás.

Me pasó las manos por la cara, suspirando y apoyando mi espalda en la silla.

—Ten —Henry me tiende un envase de café mientras se sienta en una silla a mi lado y le agradezco, tomándolo.

Suspira profundamente y vuelvo a mirarlo de reojo.

—Tiene razón ¿Cierto? —carraspea—. Nosotros hemos sido unos egoístas.

—Me temo que sí —se me quiebra la voz—. Si algo le no se que voy a hacer.

—Hey, está es una situación complicada, no hay que adelantarnos a nada —me pone una mano en el hombro—. Ella estará bien.

—¡Eso no lo sabes! —espeto y me aparto un poco, queriendo que salga el doctor ya.

—Lucia, por favor, paremos ya, no es momento para esto —me suplica.

Se que se refiere a que dejemos de pelear, de discutir, por un bien común; nuestra hija.

Henry, siempre me repita que ella estaría bien, cuando Alexa empezó con los síntomas, decía que tal vez era una simple gripe y yo se lo atribuía, y cuando mi hija murió, todo ese dolor lo convertí en rabia hacía él, no podía parar de pensar en todos esos "estará bien" cuando en realidad nada ni nadie estaba bien. Y a pesar de todo eso, aún lo seguía queriendo, son casi diecinueve años de matrimonio y las cartas estaban echadas para terminar con eso al día de mañana firmando los papeles del divorcio, que, tendrán que ser cancelados para otro día y aunque ubiera la mínima oportunidad de recuperar todo eso de antes, yo considero que ya todo esta lo suficientemente roto. 

Me pasa un brazo por los hombros, y está vez lo dejo, porque me siento sin fuerzas para apartarlo o apartarme, seguía con ese nudo de miedo en mi interior, no me siento bien con nada de esto.

—Tengo miedo, Henry —le confieso con la voz ahogada—. Tengo miedo de que tenga algo malo y algo le pase, no lo soportaría...

—Yo también —murmura y me dejó abrazar por él—, yo también lo tengo, pero no nos apresuremos a nada, aún no sale el doctor.

Lloro silenciosamente, agradeciendo su apoyo en este momento, su soporte. No paro de pensar en mi hija y en que todo lo que dijo es cierto, no lo hago y comienzo a agobiarme de nuevo.

—¿Familiares de Heather Harriet?

Escuchamos llamar, alzamos la vista y nos incorporamos yendo a dónde está el doctor, que  tiene una planilla en la mano.

—Somos nosotros, sus padres —habla Henry y el doctor nos mira a ambos.

—Bien...

—¿Cómo está mi hija? ¿está bien? ¿que paso? —lanzo las preguntas que tenía ya desde hace mucho rato atravesadas en la garganta, retorciendo los dedos de mis manos.

—Ella está bien, he sido solo un desmayo —indica—, nada grave, aunque aún no a despertado y eso me preocupa un poco, por lo que he mandado ha hacerle unos exámenes, para ver qué todo este bien.

—De acuerdo —asiente Henry.

—El resultados de los análisis, cuando están listos y ella despierte, ya los hablaré con los tres, ya que tengo que hacerle varias preguntas a ella, por ahora, pueden ir a verla, su habitación es la de la puerta tres.

—Gracias —murmuro con sinceridad.

—No se preocupe —me regala una pequeña sonrisa—, les mantendré al tanto de cualquier cosa.

Se da media vuelta y nos apresuramos a la habitación que nos dijo, y cuando entramos, la vemos, acostada en la camilla, profundamente dormida, con los brazo estirados a sus costados, respirando con tranquilidad, y a mí se me viene miles de recuerdos a la mente, porque miles de veces había visto a mi hija, Alexa, en la misma posicion, pero ella no es Alexa, es Heather y la necesito conmigo.

Me aproximó a ella y tomo una de sus manos entre las mías.

—Te pondrás bien, yo lo sé, el doctor a dicho que fue solo desmayo. Así que estarás bien —susurro besando su mano, siento y veo las pequeñas cicatrices de su muñeca y un vacío se asiento de nuevo en la boca de mi estómago cuando una mala imagen llega a mi cabeza, lo que me hace querer llorar y me reafirma que he estado haciendo todo mal y que tengo que cuidarla.

Henry también se acerca, le deja un beso en la frente y luego se coloca a mi lado, lo miro a los ojos y puedo ver que él también a tenido los mismos pensamientos y al igual que yo al ver a nuestra; lista, carismática, divertida y optimista hija, Heather así. Aunque, nuestras hija ya no demuestre muchas de esas cualidades, sigue siendo la persona más importante y la más especial en nuestras vidas.

Ella estara bien, nuestra hija estara bien.

Aviones de papel Where stories live. Discover now