Capitulo 34: Canta conmigo

51 13 188
                                    

Antepenúltimo capítulo</3

Te quiero así... A voz bajita y latidos altos

-Mario Benedetti

Ian.

Sonrío solo. Eso sería muy normal en mi caso ¿No?

Termino de ajustar las cuerdas de la guitarra, tocando otros acordes con los que ya tengo. Esto ya está casi listo, ya había dicho que iba a darle forma y voz a esa melodía insisten en mi cabeza, y eso estoy haciendo, me faltan algunas cosa, pero ya casi está.

Heather. Oh, ella me ayudó mucho hace unos días con el ritmo de la canción, me ha encantado como a quedado. Y ahora ella es mi novia. Yo soy su novio. Esas palabras en mi boca se sienten raras, como una verdad, una realidad que me tiene suspirando. Es decir no aspiraba tando, pero ya ven, soy un privilegiado.

A ver, se lo propuse, más bien se lo pedí de una forma que fue poco convencional, es decir; el plan inicial era esperar su respuesta, pero los nervios del momento me ganaron e hicieron que soltará todas mi palabrería bien extensas, haciendo que me confesara y declarará de la forma más sincera. ¡Y me dijo que sí! Y aún no termino de créemelo.

Escribo otras palabras sueltas en mi libretita, dónde estoy escribiendo la canción, y voy a volver de nuevo a la guitarra, pero llaman a la puerta de mi habitación, y murmuro un "pase", debe de ser mi mamá, ya que July no se molestaría en llamar, sino que pasaría de una sin importarle, como si estuviera en su casa. Así que ellas dos son las únicas que se pasan por aquí últimamente.

Nuevo la cabeza sin levantar la mirada de la guitarra, pero la levanto cuando reconozco que los paso que se escuchan cuando entran a la habitación, no son los de mamá o los de July, sino que son los de mi padre. 

Lo miro, sigue luciendo igual, con su traje pulcro, todo arreglado perfectamente y su expresión bastante seria. Me sorprende su presencia aquí, pues desde aquella discusión ninguno de los dos ha tratado de hablar con el otro.

Él mira todos los papeles que tengo sobre mi cama y la guitarra que tengo en las manos y la otra que tengo a mi alcancé. Suspira profundamente y me mira a los ojos, yo no digo nada, ni siquiera me muevo.

—¿Podemos hablar unos minutos? —pregunta despues de carraspear y eso me vuelve a sorprender, en otro momento, lo fuera dicho más como una orden.

—Claro —murmuro y aparto algunos de los papeles hacía un lado.

Se acerca sentándose a un lado y mira todo lo que tengo regado con curiosidad, entrecierro los ojos esperando a que diga algo al respecto, cualquier cosita, pero no lo hace, más bien luce como si quisiera decir algo y no supiera por donde empezar.

—¿Y entonces..? —me impaciento.

—Yo... —vuelve a carraspea—. Vengo a disculparme.

Parpadeó varias veces antes eso ¿Escuché bien?

—¿Disculparte?

—Sí, a eso.

—Si mamá te a dicho que vinieras hasta acá para eso, mejor vete, en serio —en vez de mirarlo, me pongo terminar de arreglar el monton de hojas. Conozco a mi mamá y se que probablemente ella habrá influenciado en esto.

—Tu madre no me a pedido nada —aclara entrelaza sus manos—. He venido aquí porque en serio quiero disculparme contigo.

—¿De que?

—Sabes de que —me lanza una mirada tensa.

—Sí, lo que no se, es: ¿Por qué ahora? —indago, tratando de no bajarle la mirada.

Aviones de papel Where stories live. Discover now