Capitulo 16: El miedo a caer

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Heather.

Al salir por fin, Ian está esperándome en las escaleras de la entrada del instituto, él está mirando al frente y me acerco colocándome a su lado, él me mira y me sonríe.

Comenzamos a caminar haciendo el mismos recorrido de siempre, él en su patineta, yendo poco a poco y yo no hago gran cosa. Lo cierto es que en todo este tiempo y en todas las idas fuera  instituto casi no hablamos, la cosa siempre se resume en nuestro silencio cómodo, y alguna palabra suelta, porque no siempre se tiene que decir algo.

—¿Entonces te pintaras la cara de verde fosforescente y negro? —inquiere y eso me hace mirarlo.

—¿Qué? No, lo dije bromeando.

—Lo sé, pero Mick si espera que lo hagas y luzcas como toda una fanática.

—Oh no, no.

Suelta una risa, y guardamos silencio de nuevo, y yo me vuelvo a fijar un poco en como domina la patineta, aunque no sea algo muy especial siempre me fijo en eso.

—¿Te gustaría intentarlo? —pregunta.

—¿Que cosa? —inquiero confundida.

—Andar en la patineta, yo te enseñaría —aclara y lo miro alzando ambas cejas.

—¿Y arriesgarme a caer y tener un diente menos? No gracias.

Ian me mira con los ojos entrecerrados cuando bromeo con lo que me dijo aquella primera vez que se acercó a mí y tuvimos una conversación más allá de un "hola" y un asentimiento de cabeza, y me contó como fue su primera experiencia con la patineta de pequeño.

—No te caerás, no lo permitiría.

—Ya.

—Es en serio, y si caemos, pues caemos los dos, como aquella vez —bromea.

—Tengo la marca de los raspones —le digo muy seria.

—Perdon.

—Ya paso.

Cuando estamos a punto de curvar en la esquina que lleva a mi casa cambio de dirección hacía el parque de la otra cuadra, no es el mismo del otro día, este es un poco más pequeño.

—¿Que haces? —Ian me sigue confuso.

—¿No es obvio? Voy al parque.

—Pero ¿Por qué?

—Dijiste que me enseñarás —me vuelvo hacía él, señalando la patineta.

—No pensé que fueras a decir que si —murmura.

Al llegar al parque hay alguno que otro niño jugado, y algunos adultos haciendo ejercicio, el día es fresco por lo que no está haciendo mucho sol, nos paramos en un área de piso.

Vuelvo a mirar a Ian que tiene el ceño un poco fruncido, ahora tiene la patineta bajo el brazo, y luego la coloca el suelo en medio de los dos.

—Vale, hagamos esto —me animo y él me vuelve a sonreír.

—Que entusiasmo.

Me ofrece una mano y la tomo, el contacto con su mano es tan cálido.

—Veamos, esto es como andar en bicicleta —razona alzando las cejas.

—¿Que tiene que ver una bicicleta con una patineta? —pregunto.

—Absolutamente nada —dice conteniendo otra sonrisa—, el pie en el medio de la patineta, estrell... Heather —se corrige rápidamente a lo que estaba a punto decir, y yo que estaba mirando abajo levanto la mirada y veo el destello de pánico en los ojos grises de él.

Aviones de papel Where stories live. Discover now