Capitulo 27: Te quiero

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Solo con el corazón se puede ver bien; lo esencial es invisible a los ojos.

El Principito.

Heather.

Aún abrazada a Ian y aún cuando él a dicho todas esas cosas bonitas, me siento como si no he hecho nada, tengo mil cosa en la mente que quiero decir, tengo mil cosa para decir y no se por donde empezar.

Como dije antes, quiero mostrarle una parte de mí con las fotografías, pero ahora pienso en todo lo que me ha dicho al rededor de estos dos meses y tantos, la verdad no llevo la cuenta del tiempo; estoy dispuesta a contarle todo lo que pasa por mi mente, todo lo que pueda decir, al igual que quiero que él me cuente lo que pasa por la suya, pero todo esto lo no voy a hacer con el interés de resivir algo a cambio.

Lo primero que ví cuando entre a esta habitación, fue que Ian es realmente ordenado, todo está muy ordenado y dónde debe ir, me fijé en las las dos guitarras que estan colgadas de la pared, que tienen calcomanías pegadas y pinta de no haber sido utilizadas en un tiempo, en su montos de libros sobre el escritorio, en al paredes de colores neutro, en los pequeños pósters de bandas populares y viejas, entre ellas los beatles, green day, Nirvana, Arctic Monkeys, 5 seconds of summer. Todo eso lo he almacenado en mi memoria, como una fotografía.

Pero ahora estoy más concentrada observando el tobillo vendado de Ian, y que veo que tiene áreas un poco amoratadas, me deslizó por sobre la cama, hasta ver el tobillo un poco más de cerca.

—Ahora envuelve tu cabello alrededor de él y canta para que se cure -sugiere Ian a modo de broma y lo miro con los ojos entrecerrados.

-No soy rubia, pero vamos a intentarlo -le sigo el juego agarrando con cuidado su tobillo-. Flor que da fulgor, con tu brillo fiel...

Él suelta una carcajada y yo me rio también, satisfecha de haber generado esa reacción, de haber hecho reír a el chico que siempre me ha estado ayudando en todo. Hacía tiempo que no hacía cosa locas o divertidas con este propósito; animar.

-Vamos, ven acá -me dice entre risas y yo vuelvo a su altura.

-Mick me dijo lo que sucedió, el esguince, el tobillo y el equipo perdió, debes estar bastante desanimado con todo esto -sopeso mirándolo, pero él me regala una sonrisa de lo más alegre.

-Ni tanto ¿Te digo algo? Siempre me ha a fastidiado un poco eso. El fútbol -aclara-, es divertido, sí, pero no es para mí.

-¿Que? ¿Entonces porque lo jugabas?

-Principalmente por mi padre, pero nunca me a apasionado -agarra mi mano y comenzamos a jugar con mis dedos.

Lo sabía o bueno, sospechaba de eso, siempre que hablamos de algo sobre fútbol se veía que a Ian no le gustaba hablar del tema o prefería evitarlo, aunque juega muy bien, aunque todo en cuestión de práctica, pero si algo no te apasiona...

-Entiendo. Ian, una vez, una persona me dijo que si haces algo que verdaderamente no te apasiona o no te llena no gastes tu tiempo en ello y que busques siempre lo que te apasione y te haga feliz, de nada sirve dedicarte a algo, a lo que sabes no va a hacerte feliz -murmuro pensando en ella.

-Y vaya que es cierto, por eso estoy decidido a dedicar tiempo a lo que me apasiona; que siempre ha sido la música -sonríe con orgullo.

-Aaajaaa, ¿Viste? No es simplemente un pasatiempo o una distracción -sonrió ampliamente.

-No, nunca lo ha sido, pero eso me hacía créer a mi mismo.

Nos quedamos en un cómodo silencio, miro hacía la ventana y veo que ha estado comenzando a atardecer, luego lo vuelvo a mirar a él, que tiene aún el avioncitos de papel -que está vez he lanzado yo- a un lado.

Aviones de papel Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang