Capitulo 13: Una canción

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Ian.

Después de dejar el auto en la cochera, paso a la casa y las luces del salón están encendidas cosa que me hace fruncir el ceño, y camino silenciosamente para no despertar a nadie, hacía las las escaleras y subir a mi habitación, y tirarme en mi cama a dormir.

Pero un carraspeo me detiene cuando estoy apunto de comenzar a subir las escaleras, y me volteo para ver a mi padre en pijama, que me observa de brazos cruzados.

—¿Estas son horas de llegar? Son casi las dos de la mañana.

—Pero... Les dije que llegaría un poco tarde —me defiendo.

—¿Dónde estabas? —pregunta frunciendo el ceño.

—En la fiesta de cumpleaños de mi amiga Jana.

—A mí no me dijistes que irías a ningún lado.

Suspiro, claro que lo dije, se lo dije a él y a mi madre ayer, y mi madre me prestó su auto y todo, pero al parecer él no lo escucho, por estar revisando unos papeles sin prestar por lo menos un poco atención a lo que decía.

—Sí lo hice, mamá lo sabía y tú lo sabrías si por lo menos fueras escuchado lo que estaba diciendo ayer en la cena.

La severa mirada que me dedica me hace bajar la mirada a mis zapatos.

—A partir de mañana le dedicaras más tiempo a los estudios y entrenaras más, y si hace falta hasta te contrataré un entrenador personal o mejor te entrenaré yo mismo.

Eso me hace levantar la cabeza de golpe, mirándolo fijamente confundido.

—Pero ¿No es suficiente con lo que estoy haciendo hasta ahora?

—Si puedes salir de fiesta, puedes estudiar y entrenar más, facilmente —me dice impasible.

—Pero, solo era el cumpleaños de Jana, nunca salgo, además...

No me deja seguir hablando cuando hace un ademan con la mano haciéndome callar.

—No me repliques, comenzarás una nueva rutina a partir del lunes y no hay discusiones ¿Has entendido?

Aquello me hace apretar un poco los labios, y asentir resignado, ¿Negarme? ¿Para que? No creo que sirva de gran cosa, yo solo quería subir a mi habitación y descansar, no estar teniendo está conversación y muchos menos a esta hora.

—Ahora sube a tu habitación —me ordena, y eso hago, pero cuándo va voy a la mitad, su voz vuelve a interrumpir—. Espero que no hayas estado tomando o inhalando cosas raras por ahí ¿No? Porque sería el colmo.

—Creo que no te he dado razones, para que pienses así —le digo suspirando y terminado de subir a mi habitación.

En el pasillo me encuentro a mi madre con expresión pensativa, y que cuando me ve y paso por su lado me sonríe.

—Que descanses cariño —me desea y le sonrió.

—Tambien descansa, aunque no se que haces despierta a esta hora.

—Voy por un vaso de agua —asiento y ella me sonríe antes de bajar por las escaleras hacía la cocina.

Yo me quedo justo en dónde estoy, por un momento y lo último que escucho y de milagro es el "creo que estás siendo muy duro con él" de mi madre, antes de decidirme y entrar a mi habitación de una vez.

No enciendo la luz, así que camino ha oscuras hasta mi cama, en dónde enciendo la pequeña lámpara sobre la mesita de noche, me quito los zapatos y también la chaqueta, para luego acostarme boca arriba.

Aviones de papel Where stories live. Discover now