Capítulo 8

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Le pareció escuchar la voz de su esposo repetir una y otra vez la palabra "perdón", lo que provocó que su sueño se volviera superficial hasta que finalmente se despertó. Estaba abrazándose a la almohada en la que tenía su mejilla izquierda apoyada, y la luz pareció bastante molesta como para permitir que sus ojos se mantuvieran abiertos.

Ni siquiera se esforzó en hacerlo, porque todavía tenía deseos de seguir durmiendo, pero al girar un poco su cuerpo, pudo sentir una molestia que a pesar de que no le resultaba familiar, sabía que ya la había sentido en el pasado, varios años atrás cuando recién se casó y el gobierno los había inducido a su celo y él despertó llevando una marca que lo unía a Min Ho por el resto de su vida.

Pudo sentir su aroma, el de su esposo y a sexo en la habitación que le hizo terminar de recordar la noche anterior, cuando Min Ho le había inyectado algo desconocido, pero las reacciones de su cuerpo no lo fueron, porque las había experimentado varias veces. Su cuerpo empezando a quemar hasta el punto de casi hacerlo enloquecer mientras sentía una erección formarse y su ropa interior humedecerse, en una clara señal de que su celo había llegado, o mejor dicho, que su esposo lo indujo al celo.

Taemin realmente sentía que no recordaba lo difícil que era pasar el celo por sí mismo, sin supresores, ni tampoco podía recordar cuan enloquecedor era el aroma de Min Ho, que pareció atraerlo para buscarlo en la casa, solo para encontrarse con la puerta de su despacho cerrada y el aroma del alfa parecía más intenso ahí, pero no lo suficiente para considerar que él estaba adentro, y solo ahí el omega tuvo que recordarse que en algún momento escuchó que el alfa se había ido de la casa.

Taemin no estaba seguro de cual fue la droga que Min Ho utilizó en él para inducirlo a su celo, pero podía decir que era diferente a la que usaron en él años atrás, porque sus recuerdos a pesar de que no eran los más claros, tampoco parecían borrarse por completo, porque él podía recordar a Choi regresando a la casa, escuchándolo maldecir y luego había estado sobre él, besándolo y acariciándolo sin encontrar ningún tipo de resistencia, porque en ese momento era lo que el omega necesitaba.

Cuando los recuerdos se hicieron más presentes, Taemin sintió su cuerpo estremecerse, y aunque estaba seguro de que su celo había terminado, el recuerdo de Min Ho besando y acariciando su piel, era casi como si pudiera sentir su tacto sobre él, y creía que eran efectos de la droga usada, porque en un día normal sabía que eso no sería de su agrado.

Apretó más la almohada entre sus brazos y apoyó su otra mejilla sobre esta, mirando al otro extremo de la cama, que generalmente era el que el alfa usaba cuando regresaba a casa y que ahora estaba vacío. Si Taemin tuviera que encontrar más diferencias de haber pasado su celo con Min Ho cuando recién se casaron y ahora, podía decir no solo que la duración de este había sido mucho más corta, sino que también estaba el cuidado de su esposo hacia él. Hace tres años, Choi había estado apoyado en el armario junto a la ventana, mirándolo como un acosador mientras dormía, y al despertar, aunque no se acercó, lo primero que dijo fue que consiguió analgésicos para él.

El omega suspiró, giró su cabeza al otro lado y se sentó en la cama para levantarse, pero ni siquiera se había colocado de pie cuando sus ojos cayeron en la nota amarilla dejada en la mesita de noche de su lado de la cama, la que tenía la ordenada letra de Min Ho. Taemin frunció el ceño antes de tomarla, algo extrañado, ya que cuando se iba, su esposo no solía dejar notas, porque si tenía algo que decirle podían comunicarse mediante su brazalete.

"Hay cámaras en la casa. Usa el clóset o el baño para cambiarte. No compres nada extraño".

El ceño de Taemin se profundizó al leer aquel "nada extraño" sabiendo perfectamente a lo que se refería Min Ho, y ya que había sido inducido a su celo, no creía que necesitara más supresores por un par de semanas, al menos no de esos. Después de unos segundos de empezar a sentir irritación porque el alfa seguía con aquella idea de que debía dejar los supresores, sus ojos volvieron a mirar sobre las primeras líneas y su reacción fue inmediata cuando volvió a cubrirse con la manta que acababa de retirar.

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