Capítulo 39

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Los ojos de Taemin se abrieron cuando su cuerpo rebotó sobre el colchón y le tomó un momento darse cuenta de dónde estaba y de cuál era su situación, porque hasta tan solo menos de una hora atrás, había estado en el baile benéfico que organizaba su suegra, pero luego de que hubiera besado a Jong In todo pareció algo caótico, con el alfa alejándolo sin mucha delicadeza, los flashes apuntando en su dirección y preguntándole la razón de que lo hubiera hecho y luego Min Ho llegando a su lado y sacándolo de la multitud.

Min Ho lucía furioso cuando lo arrastró afuera del salón y lejos de la mayoría de las cámaras, pero no le gritó ni dijo nada en el momento en el que lo empujó en el asiento del copiloto, para luego rodear el auto y comenzar a conducir. En ese instante Taemin había sentido que no era el momento de hablar y antes de que se diera cuenta, ya se había quedado dormido, por lo que al llegar a casa, su esposo lo sacó del auto y lo llevó a su recámara, lo suficientemente consciente de que todavía había reporteros siguiéndolos.

Min Ho no solo lucía furioso, sino que también lo estaba, pero no solo con Taemin sino con él mismo, por haber aceptado un trato con el que no estaba de acuerdo, por haber quitado sus ojos del omega cuando parecía tan dispuesto a meterse en problemas, por en ese momento desear tanto convertirse en lo que él consideraba un alfa bárbaro para enseñarle a su esposo que al único que podía desear era a él.

—¡¿Qué mierda tienes en la cabeza?! —gruñó Min Ho.

Taemin lo miró desde la cama, parpadeando lentamente y sin deseos de responder, porque sentía que no había una respuesta justificada para su actuar, no más allá de lo que su esposo ya sabía y al parecer no era suficiente para él. Por lo que parecía que fingir que las cosas no eran graves, estaba bien, porque sabía que eso no solo estaba afectando a su matrimonio, sino a la imagen de la gobernadora y a la de Jong In, porque era muy seguro de que a su esposo tampoco le gustaría verlo besándose con otro omega.

—¿Qué hice?

Podía ver la furia en Min Ho. Taemin estaba seguro de que su esposo deseaba cortar su cabeza y colocarla como sacrificio ante los reporteros por lo que acababa de hacer. Si el alfa no tuviera suficiente control sobre sí mismo, el omega pensaba que hubiera ejercido cualquier tipo de violencia en su contra, como a muchos otros omegas les pasaba.

—Eres un idiota —gruñó Min Ho colocando las manos a cada lado de Taemin en la cama.

Sentía que debía de ofenderse por el insulto, pero la repentina cercanía de Min Ho, hizo que dejara de pensar en si sus acciones estuvieron bien o mal, porque quería inclinarse hacia adelante e inhalar el aroma del alfa, Taemin maldijo las necesidades de su cuerpo e hizo una cuenta mental sobre si su celo se acercaba para reaccionar de esa manera hacia Min Ho.

—¿Cómo se supone que...?

La sorpresa de sentir que Taemin hundía su nariz en su cuello, hizo que las palabras murieran en su boca, porque se suponía que su omega lo odiaba, pero al apartarse lo suficiente para ver su rostro, no podía decir que era exactamente lo que estaba sintiendo, porque le pareció ver algo de capricho y un anhelo que estaba seguro que imaginaba, ya que el omega no lo quería y sin el pasado lo dejó estar cerca, fue por el embarazo, se lo había repetido tanto que era imposible olvidar.

—¿Tú celo está cerca? —inquirió el omega.

—¿Qué? —el alfa lo miró confundido.

Taemin lo miró lo más inocente que pudo, sintiéndose bastante molesto consigo mismo por usar una excusa que consideraba tonta, porque si el celo de Min Ho no había pasado hace mucho tiempo, sería descubierto que esa pregunta solo la usó para justificar su acción, su deseo de querer acercarse otra vez y hundir su nariz ahí y quedarse abrazado a Min Ho tanto como pudiera.

—No puedes ser desconsiderado conmigo y venir a casa para pedirme el divorcio cuando tu celo está cerca —dijo el omega en un tono de reclamo.

—Yo no...

—Llevo tu marca, no puedes esperar que mi cuerpo no reaccione a tu celo, pero cuando deje de llevarla ya no tendré este problema.

Min Ho quiso decirle que su celo ya había pasado, que además, si supiera que este estaría cerca no hubiera ido a casa y lo habría tratado con supresores, pero al final se guardó su explicación cuando escuchó las últimas palabras del omega, cuando el deseo que estaba teniendo desde que lo vio besar a Jong In lo volvió a embargar, además de que se dijo que tal vez la comida y bebidas de la reunión pudieron estar alteradas, después de todo, no era la primera vez que veía un caso así.

—Deberías irte a la cama —dijo el alfa.

—Tienes razón —respondió con una sonrisa —no creo que a Jong In le guste saber que me vi arrastrado a compartir contigo tantos de tus celos.

Min Ho sentía que ya no podía contener más sus celos en ese momento, porque no tenía tanto autocontrol como estaba fingiendo y cada vez que escuchaba a Taemin decir que quería casarse con Jong In, las cosas que probablemente le gustarían y las que no, como si fuera un hecho que se casarían, ya que él le había prometido que lo ayudaría a casarse con quien quisiera, hacían que quisiera recordarle que él era su esposo, que nunca lo ayudaría a casarse con Jong In, pero no había alguien con quien quisiera hacerlo, porque sentía que no podía ver a su omega llevando la marca de otro alfa, sin embargo, no quería hacerle más daño si lo obligaba a quedarse a su lado.

—Taemin, ¿qué mierda quieres? —Gruñó incentivado por sus celos.

Se preparó para oír cualquier palabra hiriente que Taemin quisiera decir, para ver su típica mirada de odio, pero en su rostro seguía aquella mirada que lo confundía, porque ni siquiera el omega sabía con exactitud lo que sentía.

—N-No lo sé —respondió el omega aferrándose al saco de Min Ho —quiero saber qué pasó con mi bebé —sollozó —no quiero divorciarme —susurró —no lo sé.

No sabía lo que quería porque en ese momento solo deseaba que Min Ho lo abrazara, que lo consolara y a la vez se sentía como si fuera un tonto por desearlo, porque el alfa ya no quería ser su esposo, había encontrado a otro omega, uno que sí le podría dar hijos como tanto quería, pero él no podía olvidar a su bebé muerto, y dudaba que en un futuro cercano lo hiciera, por lo que no podía darle a Choi lo que quería, porque tenía demasiado miedo de que todo se volviera a repetir y dudaba que pudiera soportarlo otra vez.

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