Capítulo 13

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Taemin estaba acostumbrado a despertar solo en la cama, pero después de casi un mes teniendo a Min Ho durmiendo a su lado, volver a despertar solo fue algo que le pareció extraño, que tuvo que parpadear un par de veces para asegurarse de que no estaba viendo mal, pero rápidamente se dio una justificación en la que el alfa debió de bajar a su despacho o quizás debió salir a ejercitarse, ya que no siempre que él despertaba lo tenía a su lado.

Taemin rodó en la cama y se abrazó a la almohada a un lado, hundiendo su rostro en ella e inhaló el aroma de Min Ho que quedaba en esta, porque por mucho que él conscientemente se negara a aceptar que a una parte de él le gustaba, era así, pero también se justificaba con el hecho de que eran más del ochenta por ciento compatibles, era algo normal.

El omega odiaba admitir que el aroma de su esposo podía ayudarlo a relajarse hasta el punto de que podía dormir fácilmente, como en esa mañana, que apenas fue consciente de la ausencia de Min Ho antes de caer dormido otra vez, y la siguiente vez que despertó, fue por el constante sonido que provenía de su brazalete. Sus ojos apenas lograron identificar el nombre de su esposo en la pantalla antes de que respondiera.

—Uh... —murmuró.

—¿Todavía estabas dormido? —la voz de Min Ho sonaba tranquila.

—Uhu.

No se forzó a permanecer despierto y a penas registró el hecho de que Min Ho no estaba diciendo algo que debía de ser importante si lo estaba llamando, aunque una parte de él todavía pensaba que estaba ahí ya que se podía percibir su aroma fuertemente por toda la habitación, quizás por todo el tiempo que estuvo durmiendo ahí cuando normalmente no pasaba tanto en casa, ni siquiera cuando estaba de vacaciones, ya que parecía ser un elemento importante de su trabajo.

—Taemin, no te olvides de tomar la medicina.

Estaba seguro de que esa fue la última frase que escuchó de su esposo, porque cuando volvió a despertar, la llamada ya había terminado y Min Ho no estaba en la habitación, haciendo que el omega se diera cuenta de que se había dejado engañar por su cerebro al escuchar la voz de su esposo y el sentir su aroma en el aire, y no necesitó encontrar una nota o recibir otra llamada por parte del alfa para saber que era uno de esos días en los que Choi solo desaparecía debido a que había decidido regresar a su trabajo.

La rutina de Taemin no fue diferente en esa mañana, a excepción de que cuando llegó a la cocina encontró sobre la encimera el tratamiento de hormonas que le recordó todo el largo proceso que tuvo durante las últimas semanas, y que solo el día anterior había estado en el hospital para que los óvulos fecundados fueran colocados en su cuerpo. Sabía que ahora que Min Ho no estaba en la casa no tenía que obligarse a tomar el tratamiento, no obstante, también era consciente de que si fallaban, muy probablemente tendrían que pasar por todo otra vez, porque su esposo parecía tan determinado a tener hijos con él.

—Te odio —murmuró.

A excepción de seguir con el tratamiento hormonal, no se podría decir que la vida de Taemin cambió mucho en esos días, o quizás lo hizo, porque alrededor de la hora de la cena, tenía a diario en su brazalete el rostro serio de su esposo.

—¿Cómo te has sentido?

Taemin guardó silencio de la misma manera que lo hizo el día anterior, y el anterior a ese y en cada llamada en la que su esposo hizo esa pregunta. No podía decir que se sentía diferente porque no lo hizo, a excepción de sus pensamientos llenos de pánico cada vez que recordaba que las cosas podían funcionar y él podría estar embarazado.

—Taemin, hoy...

—Sí —interrumpió viendo con enojo el rostro de Min Ho —mira Choi, no necesitas llamarme a diario —empujó su plato a medio comer —estoy siguiendo el tratamiento, ¿acaso tengo opción para no hacerlo?

SistemaWhere stories live. Discover now