04.- La mujer del disfraz

30 1 0
                                    

Miraculous, les aventures de Ladybug et Chat Noir y sus personajes son propiedad de Thomas Astruc y Zag Entertainment.

04.- La mujer del disfraz

Juleka vio como los objetivos de las cámaras se alzaban y las apuntaban durante un par segundos antes de bajarse de nuevo. Los paparazzis parecían decepcionados. ¿El disfraz funcionaba? Era más elaborado que unas simples gafas de sol, pero no esperaba que funcionase de verdad. Rose le sonrió con orgullo al comprobar que su plan había salido bien y enredó su brazo con el de ella.

—Tenemos que darle las gracias a Marinette —le susurró conteniendo la risa—. La ropa es de su nueva colección, nos ha hecho el favor de prestárnosla.

Marinette había conseguido abrirse camino en el mundo de la moda. A veces trabajaba para Jagged, también era la artífice de la ropa para el escenario que les había regalado a Luka y a ella. Aún estaba un poco dolida con ella por su relación fallida con Luka, pero estaba orgullosa de sus logros porque, al fin y al cabo, eran amigas y no era la culpable de aquel fracaso amoroso.

—La llamaré para dárselas.

—¿Quieres que vayamos a ver a las demás?

No quería. Supuso que Rose sentía la situación igual de incómoda que ella, que por eso quería tener el respaldo de alguien más. Era decepcionante, tanto esperar para encontrarse con aquella situación. De nuevo sentía que eran dos desconocidas que se había encontrado por casualidad.

—Prefiero pasear —contestó tratando de sonar cordial—. Llevo dos años sin pisar a ciudad, tengo ganas de estar al aire libre.

—No había pensado en ello —admitió. Ella no había dejado de recorrer aquellas calles ni un sólo día, había ido viendo los pequeños cambios y acostumbrándose a ellos poco a poco. Para Juleka debía de ser chocante—. ¿Qué te parece si vamos a Trocadero?

—De acuerdo.

Trocadero era un lugar tranquilo, siempre se había sentido cómoda allí, era un lugar lleno de buenos recuerdos. Su primer beso, el de verdad no el causado por un akuma, había tenido lugar allí. Además, era uno de aquellos puntos de la ciudad que no creía que hubiese cambiado y eso la tranquilizaba.

—¿Estás bien?

—¿Qué?

—Pareces nerviosa e incómoda, Juleka, como si no quisieras estar aquí conmigo —susurró y se miró los zapatos—. No pasa nada si quieres irte, no voy a enfadarme.

—No es eso. Es que no me siento yo misma.

Quizás era por el disfraz. Tal vez por unas expectativas poco realistas que había construido deseando que todo fuese como el día en que se marchó. O, a lo mejor, porque los cambios en Rose aún le eran desconocidos.

—Tú eres tú, aunque lleves un vestido colorido.

—Rose, cuando me marché lo hice con miedo —confesó sentándose en los escalones de la plaza—. Me daba miedo decepcionar a mi padre, hacer el ridículo en el escenario y que eso le afectase. También tenía miedo a que mi vida cambiase. A que todo cambiase. A que al volver ya no quedase nada a lo que aferrarme. A quedarme sola. A ser una desconocida para mis amigas o para ti.

»Por eso sólo quería estar fuera un par de meses. Por miedo. —Le dio vergüenza admitirlo en voz alta, pero quería ser sincera con ella—. Y al final me quedé, no porque ya no tuviera miedo, sino porque me di cuenta de que llevo toda la vida huyendo de él. La única manera de avanzar era enfrentarme a él, hacer lo que me asustaba y derrotarle. Demostrarme a mí misma que podía hacer las cosas que soñaba hacer y que valía para ellas. También quería impresionar a mi padre. Encajar con él. Valerme en su mundo.

»Pero no sé si ha valido la pena renunciar a cosas importantes por ello.

—¡Claro que sí! —exclamó sujetando sus manos con fuerza—. ¡Mírate! La seguridad en ti misma que tienes ahora. Todo lo que has hecho encima de esos escenarios. Eres increíble y me siento muy orgullosa de ti.

—Ahora estoy en casa y todo es raro, como si hubiera viajado a un mundo paralelo.

Incluso Rose le parecía extraña y desconocida.

—Sólo tienes que acostumbrarte, te ayudaré a adaptarte.

Sonaba fácil, pero no creía que lo fuera.

Continuará

Notas de la autora:
¡Hola! El de hoy es un capítulo corto porque alargarlo habría sido muy incómodo para estas dos pobres bobas.
Mañana más.


Seulement des chansons d'amourWhere stories live. Discover now