08.- Remordimientos

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Miraculous, les aventures de Ladybug et Chat Noir y sus personajes son propiedad de Thomas Astruc y Zag Entertainment.

08.- Remordimientos

Rose se estiró en la cama, aunque apenas eran las cinco de la tarde. Tras ver a Juleka el primer día se sintió mal. La distancia y sus propios remordimientos habían convertido aquel encuentro tan deseado en algo incómodo y extraño. Se notaba a kilómetros que ninguna de las dos estaba a gusto. Juleka parecía querer huir de ella y no por los paparazzis que esperaban fuera.

La reunión de Kitty Section no mejoró las cosas. Si bien era cierto que las conversaciones habían fluido con facilidad la influencia de Luka e Iván había marcado la diferencia. Empezaba a sentirse mejor, creía de verdad que todo podía volver a ser como antes y entonces, Iván, mencionó otra vez a Zoé.

Se hizo un ovillo en la cama, abrazándose las rodillas y suspiró. Se había portado mal con ambas.

Zoé estaba enamorada de Marinette. Creía que eso bastaría para que Juleka no se sintiera realmente amenazada por su presencia. Empezó a acercarse más a Zoé, no sabía muy bien qué pretendía con ello, qué esperaba obtener con eso ni cómo esperaba que reaccionase Juleka.

La suya siempre había sido una relación plácida y sin discusiones graves. Empezó siendo una amistad y se definió como un amor intenso que Rose deseaba que durase para siempre porque no podía imaginar su vida sin Juleka a su lado.

Ni discusiones, ni escenas de celos por parte de Juleka. Tal vez era eso lo que la molestaba en cierto sentido, que Juleka no se mostrase celosa. Eso la había empujado a buscar provocarla con Zoé, algo que no esperaba que funcionase. El problema de Zoé no había sido Juleka, había sido ella. Zoé seguía molesta con ella, aunque dijese que no importaba, por más que repitiera que todo estaba bien. La había utilizado para provocar una situación incómoda.

Miró la última foto que se había hecho con Juleka. Aquel día Juleka le había prometido que sólo estaría fuera unos meses, y ella que la estaría esperando. No se había portado bien con ella. Quería que permaneciera con Jagged la gira completa, no se lo había dicho, pero era lo que quería. Sabía que le iría bien, que cuando regresase a París habría aprendido tantas cosas que la admiraría aún más. Estaba dispuesta a esperar su regreso, por supuesto que sí, sin embargo, la realidad la golpeó haciéndola sentir ansiosa por la distancia. Cada vez que cerraba los ojos la podía ver con otra chica, normalmente con Vivicia, y eso la torturaba. Creyó que lo aguantaría, se equivocó de nuevo porque aquellas imágenes iban a más hasta que sólo vio una salida. Dejarlo. No había esperado que Juleka aceptase, pero lo hizo, con tono de voz resignado. Quiso odiarla por aceptar, no lo hizo. ¿Cómo podría culparla por una decisión que había tomado ella?

Y ahora Juleka estaba de vuelta, tan distinta a aquella muchacha tímida, insegura y asustadiza que dejó París para ver mundo con su padre. Como una mujer que se había reinventado a sí misma, superado sus temores y crecido en todos los sentidos. En cambio ella... Ella seguía siendo la misma de siempre, no había avanzado, no había superado nada y seguía atrapada en un mundo que se empeñaba a pintar de rosa sabiendo que no lo era.

No estaba a la altura, al menos así se sentía.

Seguía queriendo a Juleka, era algo que no había cambiado. Pero ¿cómo podía ni plantearse volver con ella habiendo sido tan injusta? No tenía derecho. Daba igual cuanto lo quisiera. No merecía volver a estar a su lado, no merecía que la siguiera queriendo. Merecía quedarse sola por idiota.

—Lo siento mucho —le dijo a la chica de la foto que ocultaba media cara bajo su flequillo.

Continuará

Notas de la autora:
¡Hola! Hoy os dejo un capítulo muy corto no he querido alargarlo, porque más adelante volveré a tratar el tema.
Mañana más.


Seulement des chansons d'amourWhere stories live. Discover now