22.- Apoyo

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Miraculous, les aventures de Ladybug et Chat Noir y sus personajes son propiedad de Thomas Astruc y Zag Entertainment.

22.- Apoyo

Marinette las recibió con una sonrisa de oreja a oreja en los labios. Rose no la recordaba tan feliz desde el día en que Adrien se le declaró y de eso ya habían pasado unos cuantos años.

—Bienvenidas —canturreó.

—Sólo a ti te puede hacer tan feliz la ropa —soltó Juleka con un tono que evidenciaba que sabía que no era por la ropa. Marinette rió y caminó hacia su atelier—. He traído dinero para pagarte lo del otro día.

—Ya te dije que si me haces de modelo estaremos en paz.

—¿De modelo? —preguntó Rose.

—De hecho, me gustaría que todos lo hicieseis. Luka ha aceptado —declaró emocionada, el nombre de Luka había tomado una tonalidad especial, se preguntó si había pasado algo entre ellos—. Iván seguro que acepta. A Juleka la estoy convenciendo y me faltabas tú. Iba a llamarte luego.

—Marinette quiere hacer una colección inspirada en Kitty Section.

Rose las miró a ambas con curiosidad. No se había fijado en que se habían acercado tanto.

—Pero Kitty Section no es un grupo famoso.

—Lo seréis, pronto tendréis mánager. Debutaréis y a la gente le encantará vuestra música.

Volvió a sentir la presión y la sensación de no tener las cosas tan claras como los demás la atosigó.

Marinette le ofreció varias prendas de ropa a Juleka que las aceptó. Rose se dejó caer en la silla agobiada. ¿Y si el grupo salía adelante y ella se convertía en un palo en sus ruedas? ¿Y si acababan echándola por no estar a la altura? Había fundado el grupo junto con Juleka, como un juego, como una broma, pero eso no la salvaba ni evitaría que fuera un lastre.

—¡Guau! ¿Has pensado alguna vez en jugar un poco más con el rojo? —preguntó Marinette.

Rose alzó la vista y la clavó en Juleka que llevaba unos pantalones de pitillo negros y una camiseta a franjas rojas y negras, se fijó en que las líneas negras eran más finas y que estaban hechas de algún tejido semitransparente que dejaba entrever su piel y parte del sostén. Estaba espectacular, Juleka siempre lo estaba, todo le quedaba bien.

—Me gustan los colores fríos.

—Bueno, podría hacerte la misma en morado en vez de roja si te gusta.

—Es muy cómoda —admitió acariciando el tejido—. ¿Me queda bien, Rose?

—Estás guapísima, el rojo te sienta bien.

Pareció satisfecha, se cambió de ropa varias veces, luciendo modelos formales e informales que le quedaban de maravilla. Si Juleka le hacía de modelo la campaña publicitaría sería un éxito arrollador.

—Para ti también tengo cosas, Rose —anunció alegre Marinette tirando de ella para que se levantase.

No tenía ánimos, pero se probó todas las prendas de color rosa que Marinette le ofreció y recibió los cumplidos un poco incómoda. No entendía qué le pasaba, por qué estaba tan desanimada, por qué la presión la estaba derrotando.

Aceptó hacer de modelo para Marinette, Juleka también lo hizo. Una línea de ropa inspirada en Kitty Section era un sueño hecho realidad, algo por lo que debería de estar dando saltos de alegría.

Salieron juntas de casa de Marinette. Juleka parloteaba sobre el ensayo que iban a tener, sobre lo emocionada que estaba por la nueva canción y por todas las que pensaba escribir en adelante.

—¿Estás bien?

—Sí, ¿por qué?

—Se te ve desanimada. ¿Es porque te he dicho que de momento no puedo volver contigo?

Se detuvo en seco, Juleka paró también mirándola con preocupación.

—No, es por el grupo.

—¿Qué pasa con el grupo?

—Prométeme que no te reirás de mí.

Asintió despacio, pedírselo era absurdo porque nunca se había reído de ella, ni cuando había tenido motivos de sobras para hacerlo.

—Os veo a todos tan seguros de lo que estáis haciendo que siento que yo no me lo estoy tomando lo suficientemente en serio. Siento que voy a ser un lastre para todos vosotros y me agobio. No quiero acabar siendo la nota disonante del grupo.

Juleka estiró la mano para atrapar la de Rose, enredó los dedos con los suyos y tiró de ella con suavidad para que siguiera avanzando.

—Todos tenemos dudas, sólo las llevamos de un modo diferente.

»Viajando con papá he aprendido que preocuparse por si algo funcionará o no es malgastar energía. Al final lo que importa es el esfuerzo y la satisfacción de haberlo intentado. Y si sale bien, la recompensa es enorme.

—Has madurado mucho, Juls.

—No tanto —replicó riendo—. He aprendido a tomarme las cosas de otra manera, a presionarme menos. Si me he esforzado al máximo no tengo nada que reprocharme, aunque no funcione. Y tú deberías de hacer lo mismo.

—No sé por dónde empezar.

Apretó su mano con suavidad, ella había estado en aquella situación tiempo atrás. Sabía lo que era sentir que no estaba a la altura, podía ayudarla un poco, aunque tendría que buscar su propio camino si quería salir adelante.

—Mi padre quiere darte clases de canto. Acéptalas, es un buen punto de partida.

—No quiero molestar, tiene compromisos y Penny...

—Si hay algo que le gusta es enseñar y contar batallitas. Además, si se pasa el día pegado a Penny la volverá loca y es probable que acabe empujándole por la ventana.

Dejó escapar una risita ahogada. No conocía muy la dinámica de aquella pareja, pero suponía que Jagged se preocupaba en exceso por la gente a la que quería y aceptaba en su vida. Penny le parecía muy independiente y capaz, no le parecía descabellado el escenario planteado por Juleka.

—Iré contigo si eso te hace sentir más segura.

—Me gustaría mucho.

—Genial —musitó cruzando la pasarela del Liberty sin soltarle la mano—. Ahora vamos a ensayar tú y yo, tengo ganas de oír la nueva letra.

Continuará

Notas de la autora:
¡Hola! Siempre ha sido Rose quien ha apoyado a Juleka, ahora es el turno de Juleka de hacer lo propio.
Mañana más.


Seulement des chansons d'amourWhere stories live. Discover now