25.- Marinette

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Miraculous, les aventures de Ladybug et Chat Noir y sus personajes son propiedad de Thomas Astruc y Zag Entertainment.

25.- Marinette

Aunque Rose había albergado algunas dudas al respecto a AURORA le gustó su música. Le aconsejó que tomase algunas clases de canto a lo que ella contestó que ya lo estaba haciendo. Les dio algunos consejos y respondió a todas las preguntas que quisieron hacerle. Pero no habló de la ropa aludiendo que ya habría tiempo para eso, que primero tenían que sentar las bases de lo que querían hacer y hacía adónde iban a dirigirse. Lo que decía era muy sensato, a todos les gustó el hecho de que dijera las cosas claras y no le importase herir sensibilidades.

Cuando la mujer dejó el barco debatieron sobre qué hacer. Tenían más o menos una línea musical clara que no iban a abandonar. Juleka prometió arreglar algunas canciones antiguas para que encajasen y Rose se comprometió a escribir muchas letras diferentes. La única que parecía un poco decepcionada era Marinette que había perdido su excusa para presentarse en todos los ensayos.

Cuando Iván y Rose dejaron el Liberty, Luka se fue a un rincón a hablar con Anarka. Juleka se quedó con Marinette, sentadas en las tumbonas.

—Me ha encantado veros ensayar de nuevo —canturreó Marinette—. Ha sido como volver a las tardes de sábado cuando estábamos en el instituto.

—Creo que sonamos un poco mejor que entonces.

—Bueno, sí, eso es innegable. Me refería a las sensaciones.

Tenía razón, era un poco así. Volver a aquel caos creativo, a las ilusiones y las horas dominadas por la despreocupación. Le gustaba regresar a aquello durante un rato.

—¿Van mejor las cosas entre Rose y tú?

—Hemos hablado.

—Eso es genial, creo.

Juleka se estiró en la tumbona, relajada y cansada. Había sido un día repleto de emociones, el meter a Rose en su familia, la visita de la mánager, oficializar el regreso del grupo. No estaba segura de que todo fuese a salir bien, pero era un comienzo.

—La he dejado entrar en la parte familiar con Jagged, eso me da un poco de miedo.

—Lo entiendo. Me gustaría poder decirte que todo va a ir bien, pero no soy adivina.

—Me está costando un poco volver a confiar en Rose —admitió mirando a su amiga—. No fue sincera conmigo, si lo hubiera sido todo sería más fácil. No puedo olvidarme de ello y de evitar que la sensación de que volverá a mentirme me asedie.

—No tenía malas intenciones, se equivocó en el método. Rose te quiere, no quería herirte.

—Para Luka todo es más fácil, a él no le cuesta relacionarse con la gente. A mí me ha costado establecer relación con papá y con Penny. Ahora estoy muy bien con ambos, sé que les tengo a mi lado y que me aceptan como soy, por eso me asusta haber metido a Rose.

A Marinette le sorprendió aquel brote de inseguridad. Se dio cuenta de que había logrado liberarse y hablar en voz alta, expresarse y hacerse oír, pero que su lado inseguro seguía allí esperando a asomarse.

—Estoy segura de que pase lo que pase no afectará a tu relación con ellos.

Lo esperaba de verdad. Juleka soltó una risita, se incorporó en la tumbona.

—¿Mi hermano y tú...?

—¡Amigos! —exclamó apresurada—. No quiero precipitarme, después de lo que pasó, yo... No quiero volver a hacerle daño.

—No me has contado qué te pasó con Adrien.

Marinette suspiró. No se lo había explicado ni a Alya, se sentía estúpida.

—Pensarás que soy idiota. Siempre creí que con Adrien sería feliz, que todo sería perfecto como en un cuento. Al principio todo era un poco así —murmuró jugueteando con un hilo suelto de sus pantalones—. Tal vez yo me empeñaba en verlo todo de color rosa, de mentirme a mí misma. Un día me di cuenta de que mirábamos en direcciones diferentes y que nada era de color rosa.

»Adrien es una buena persona, pero me engañaba a mí misma pensando que era lo que quería, que la imagen de perfección que construí a su alrededor era real.

—Lo siento.

—No es culpa de nadie.

Le frotó el brazo con cariño. Algunas veces había sido injusta con ella, sobre todo por lo que había ocurrido con Luka, Marinette siempre la había apoyado, merecía que ahora fuera ella la que lo hiciera.

—Puedes hablar conmigo cuando lo necesites.

—Te lo agradezco, Juleka.

—Y si quieres estar con mi hermano tienes mi apoyo.

Dejó escapar una risita tímida, desvió sus ojos azules hacia la espalda de Luka.

—Por ahora vamos a centrarnos en ser amigos, el resto ya llegará.

—Y más te vale venir a los ensayos, la guitarra de mi hermano suena mejor cuando estás aquí.

Luka regresó con ellas. Hablaron un rato sobre las sensaciones que les había producido la mánager. Animaron a Marinette a seguir trabajando en el diseño del nuevo vestuario por si había que cambiarlo y ella se ofreció a hacer más merchandising a parte de los flyers y las chapas que había preparado la primera vez.

Juleka optó por dejarles a solas para que pudieran seguir hablando de sus cosas. Iba a aprovechar para arreglar más partituras, meditar un poco y hacer algunos planes. Tenía que encontrar la manera de recuperar la paz con Rose, de hacer las paces con lo que había ocurrido y dejarlo atrás.

Continuará

Notas de la autora:
¡Hola! Ya sólo quedan cinco capítulos para el final. Un poquito de Lukanette porque lo necesito en mi vida.
Mañana más.


Seulement des chansons d'amourWhere stories live. Discover now