Capítulo 10

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CAPÍTULO 10

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CAPÍTULO 10

Su cuerpo de sentía débil y algo palpitante. Apenas pudo mantenerse de pie, cuando su vista mejoró, vio a la Sultana Kösem frente a ella.

─Hasta que despiertas.─soltó

─¿Que hago aquí? ¿Dónde estoy?

─Este es el último lugar que verás antes de morir.

─¿Por qué está haciendo esto? ─se acercó a ella

─Tu manipulaste a mi hijo para que ejecutará a Ayşe.─culpó.─Es hora de pagar tus pecados.

─¿Y dónde queda usted? ─dijo sin ninguna pena.─Sus múltiples matanzas, sus tantos engaños, ¿dónde quedan?

─Hago lo necesario para mantener este imperio a flote.─se paró frente a la Hatun molesta

─Me cansé de que nadie le diga la verdad.─Azra se paró firme.─Si estás han de ser mis últimas palabras. Diré todo lo que me guarde.─levantó la mirada.─Usted no sería nadie sin nuestro Sultan, usted nunca habría sido tan poderosa si no fuera por el hijo que usted tanto desprecia.

─¡Insolente! Yo soy la Sultana Kösem, la esposa del Sultan Ahmed.

─Yo trato a las personas como me traten, usted también es una insolente al hablarle de ese modo a la mujer que calmo la ira del Sultan Murad.

─Fue suficiente de tu insolencia.─se dió la vuelta y sintió como una soga rodeo su cuello.─Morirás de la misma manera en que Ayşe murió.

Sintió como la presión de la soga incrementaba en su cuello, pero en ningún aparto su mirada de la madre de su Sultan.

Finalmente, sus ojos se cerraron y cayó al suelo. Kösem sonrió victoriosa, luego se puso de pie y salió de los aposentos.

Sin saber que, el Sultan Murad estaba allí apunto de estallar de ira.

─¿Que fue lo que hiciste? ─se acercó peligrosamente

─Hice justicia.─lo miró a los ojos y siguió su camino

Murad tenía un rayo de esperanza, rezaba para que su favorita aún estuviera con vida, camino y abrió bruscamente las puertas.

─Mi dulce Azra...─la abrazó contra su pecho.─¿Que te han echo?

Los médicos llegaron con prisa, arrebataron a la mujer de entre sus brazos y la pusieron sobre la cama.

─Su majestad, salga, por favor.─le dijo una ayudante

Con mala gana, Murad salió de los aposentos y recostó su cabeza en la pared.

─Hermano.─Fátma llegó hasta el.─¿Se encuentra bien?

Se retiró del lugar con pasos firmes. Cada persona que lo veía, le hacía reverencia al gran Sultan.

Camino hasta llegar a sus aposentos, dónde se sentó en su escritorio y empezó a escribir. Escribía con todo el rencor que había acumulado contra su madre Kösem.

Yo, el Sultan Murad IV, hijo del Sultan Ahmed I. Decreto una muerte, que a mí pesar, se debe ejecutar.

Mi madre, la Sultana Kösem. La he encontrado culpable de intento de asesinato contra uno de mis más grandes confidentes, y por tal razón, será ejecutada públicamente.

Será estrangulada, y luego será enterrada al lado de mi padre Ahmed I.

Al terminar, puso el sello del imperio. Desde ahí, ya no habría vuelta a atrás. Pero con tal de hacer justicia por Azra, lo haría.
Poso el sello sobre la hoja, sellando así, el destino de la Sultana Kösem.

Se preparó y ordeno que se diera a conocer que habría reunión en el consejo.

La hoja, fue entregada a Abaza Mehmed Paşa. Que antes de empezar a leer, miro de reojo a su Sultan.

─Yo, el Sultan Murad IV, hijo del Sultan Ahmed I. Decreto una muerte, que a mí pesar, se debe ejecutar.Mi madre, la Sultana Kösem. La he encontrado culpable de intento de asesinato contra uno de mis más grandes confidentes, y por tal razón, será ejecutada públicamente. Será estrangulada, y luego será enterrada al lado de mi padre Ahmed I.─habló con voz firme

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