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10 de Marzo, 1641
Finalmente, después de unos largos nueve meses, el Sultan Murad Khan, regresaba de una conquista exitosa en tierras rusas, extendiendo un poco el Imperio, fortaleciendolo más.
─¡Atención! Su majestad, el Sultan Murad Khan.─Hacı Agha fue quien anuncio la llegada del Padişah del Imperio
Todas las mujeres más importantes del Imperio estaban presentes, incluyendo a la Valide Kösem Sultan. Lamentablemente, el Sultan ya había perdido el cariño que antes le tenía a su madre, ya era como si no la conociera.
─Me alegra que hayas vuelto, hijo querido.─Kösem le sonrió
─A mi también, Sultana Kösem.─es lo único que fue capaz de decirle a quien le había hecho tanto daño
Luego de ella, estaba Mihrişah Sultan, la más esperada por el Sultan, quién de inmediato fue a besar su frente.
─¿Cómo has estado? ─inquirió
─Muy bien ahora que usted está aquí, mi Sultan.─sonrió de forma alegre.─Nuestros hijos también.
Ocho niños estaban en una fila, tres criadas sostenían a los más pequeños, Ibrahim ya podía mantenerse de pie y era un gran logro para el.
─Selim, Ekrem.─Murad se agachó a la altura de sus dos hijos gemelos.─Han crecido tanto.
─Padre, yo te extrañe mucho.─Selim fue el primero en hablar.
─Yo te extrañe más.─Ekrem le siguió
─Mis adorados ─les regaló una sonrisa y siguió con los mellizos, Serhan y Özlem.─Serhan, Özlem.
─Papá ─Serhan no se resistió y se lanzó a los brazos de su padre, su melliza lo siguió como siempre lo hacía
─Mis mellizos ─besó sus frentes
─Quiero que sea mi turno ─Ibrahim murmuró observando a sus hermanos mayores
─Ibrahim ─al escuchar su nombre, fue directamente a abrazar a su padre
─Algún día seré un gran guerrero como tú, papá.─dijo, estaba muy emocionado
El Sultan estaba bastante alegre con las actitudes de sus hijos, hace unos años que no escuchaba risa de algún niño en su palacio, ahora parece que invadieron todo el Imperio.
Ahora, era el turno de los mellizos Mehmed y Melek.
─Melek, mi bella Sultana ─beso su frente.─Mehmed, mi príncipe.
Dicen que eran los consentidos del Padişah, ya que Melek poseía una belleza inigualable, como la de su madre. Özlem, ella era una niña de cabellos castaños y ojos verdes como los de su padre, una viva imagen.
Cuando terminó de saludar a toda su familia, impidió que Mihrişah se fuera, quería pasar el tiempo con la mujer que adoraba.
─¿Cómo fue que mi madre apareció en el palacio cuando yo se lo había prohibido? ─dijo, mientras jugueteaba con la mano de su esposa
─Dijo que yo no tenía poder alguno aquí para decidir si se iba o no, dijo que esperaría para hablar con usted.─Mihrişah bajó un poco la cabeza.─Yo no quería hacer nada por ahora, esperaba a que vinieras, pensaba que tendrías una solución.
─He sido piadoso con mi madre, por lo que ella es, pero no lo soportaré más... Sobrepasó todos los límites que existían.─apretó un poco su mano.─¿Te ha hecho algún daño?
─Hace algunos meses asesinaron a una de mis criadas de confianza. Las Sultanas están en contra mía ahora, dicen que soy inexperta, y que usted no debería tenerme tanta estima.─le dijo
─A las que no debería tenerle tanto estima, es a mis adoradas hermanas, sus esposos ya no me sirven de nada. Son unas hormigas fáciles de aplastar.
─Nakkaş Paşa tenía una bastarda, una hija ilegítima. Yo quise liberar a la Sultana Hanzade, pero ella no fue muy agradecida conmigo.
─El me dijo que lo solucionaría.─desvió su mirada, estaba molesto
─Su majestad, acaba de llegar, descanse y mañana puede solucionar estos problemas.
─No, no puedo hacer eso ─se puso de pie.─A tus aposentos, ahora.
─Pero, Murad ─se acercó a el.─Mi deber como tu esposa es estar a tu lado.
─Mi querida.─fue a besar sus labios
Murad la abrazó y no dejó que se apartara, sólo se separó cuando las puertas se abrieron, dejando ver a la Valide Kösem Sultan, y a Fátma Sultan, Ayşe Sultan, Gevherhan Sultan, Hanzade Sultan y Atike Sultan.
─¿Que significa esto? ─Murad miró a su madre.─¿Quienes se creen?
─Yo soy Kösem, la Sultana madre Kösem.─dijo.─Soy tu madre, ¿cómo puedes ordenar que me vaya de nuevo?
─¿Por qué no entiendes, madre? Ya no te quiero en mi palacio, Mihrişah es la directora de este Harem, tu no, ya no tienes lugar aquí, al igual que mis hermanas.
─Somos de tu sangre, tenemos poder e influencia aquí.─habló Ayşe Sultan
─Tantos matrimonios no te protegerán de la ejecución.─le dijo, mirándolo a los ojos
─¿Ejecución? ─Hanzade ladeó su cabeza, pero trató de verse firme
─Todas ustedes, ya no tienen poder aquí. Yo soy el Sultan que gobierna todo lo que alcanza a ver.─dijo
