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CAPÍTULO 13
El día de hoy, Azra se había despertado con un mal presentimiento. Sentía que pronto le dirían algo malo.
Pero eso no impidió que su tranquilidad se desvaneciera.
Se encontraba en sus aposentos realizando un tejido de un sol. Sonrió ante su buena forma de tejer.
─Azra.─Hande llegó hasta ella
─Dime, ¿pasó algo? ─sonrió
─Es que... Una mujer visitará los aposentos del Sultan esta noche.
─¿Que? ─dejó caer el bordado al suelo
─Su nombre es Şemsperi, viene de Francia. La Sultana madre la entreno personalmente.
Con cada palabra, el corazón de Azra se rompía de la tristeza que le causaba.
─Escúchame bien, Hande. Esa mujer se irá mañana.─le dijo
Şemsperi era preparada con un hermoso vestido, con joyas que la Valide Kösem le había regalado.
─Estoy lista, Lalezar.─se mira en el espejo
─Bien, ven conmigo, te acompañaré.
En otro lugar, Murad estaba inmerso en los labios de su favorita. No le importaba si alguien venía. Quería pasar la noche con Azra, pero de pronto se separó.
─Debería irme, usted debe estar ocupado.─se iba bajar de su regazo, pero el la detuvo
─No te irás hasta que lo diga.─atacó sus labios y empezó a desvestirla
Azra sonrió cuando por fin tuvo hipnotizado al Sultan, y evito una situación desagradable.
Se bajó de su regazo cuando Murad la empezó a mirar fijamente, tratando de decirle algo, algo que no era capaz de decirlo con palabras. Pero pudo entender, retiró el cabello que le estorbaba y empezó a hacer el trabajo.
Sus movimientos eran rápidos y profundos, hacia que Murad soltará susurros que ella no pudo escuchar.
Una enojada Şemsperi tiro todo lo que estaba a su alcance, destruiría el palacio si pudiera. Gracias a su insolencia, fue llevada al calabozo.
─¿Dónde está esa mujer? ─preguntó mirando a su alrededor
─Azra Hatun, ¿no se enteró que Şemsperi fue llevada al calabozo?
─¿Por qué?
─Fue rechazada por nuestro Sultan, al volver destruyó todo a su paso.─dijo la mujer
─Azra Hatun.─Hacı Agha se acercó a ella.─Venga conmigo, su majestad ordeno que fuera trasladada a unos aposentos más grandes.
─¿Más grandes? ─sonrió
─Así es.
Azra examinó los aposentos con emoción en su mirar, parecían ser aposentos para Sultanas.
─Gracias...─de repente, su vista se volvió borrosa y cayó al suelo inconsciente
No sabe cuánto tiempo paso, pero al abrir sus ojos, vio varias figuras repartidas a su alrededor.
─¿Que me sucedió? ─se tocó el vientre adolorida
─Felicidades, estás embarazada.─le dijo el Sultan acariciando su mejilla
─¿De verdad? ─una sonrisa se dibujo en el rostro de Azra.─Allah me ha bendecido.
─Allah quiera que des a luz a un sano príncipe.─dijo Fátma Sultan
─Allah quiera que sea así.─apoyó su gemela Ayşe Sultan
Todos querían que Azra tuviera un niño, un principe, un heredero al trono, pero a su parecer, quería tener una niña, una hermosa Sultana que tendría toda la felicidad que ella nunca tuvo.
Pero después de todo, era decisión de Dios, el todo poderoso.
Su embarazo no hizo que se alejara del Sultan, sino que hizo que se acercaran cada vez más. Murad la visitaba todos los días a desayunar con ella. Pasaban el día juntos.
Sono Azra, la favorita del Sultano Murad Khan, in giovane età ho scoperto i malo della vita. Nom dimenticare mai i volti dei miei genitori, né quelli dei miei fratelli.
Ha ringraziato Dio per tutto l'aiuto che mi ha dato. È stato al mio fianco fin dal primo momento, mi ha accompagnato e protetto.
Rendo grazie a Dio, ad Allah. Non sono più Alessandra, sono Azra, la prossima Sultana dell'Impero.
Esas palabras nunca se borraron de su mente, la acompañaron hasta el final.
