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25 de Septiembre, 1639
Mihrişah acaricio su pequeño vientre de tres meses, aunque muchos decían que no se notaba, ella insistía en que sí, sentía como un pequeño ser crecía dentro de ella.
─Mihrişah Sultan, debe ir a los aposentos de Aynur Kadın, acaba de dar a luz ─le dijo Süleyman Agha
─Süleyman, ¿sabes que fue? ─se puso de pie y se acercó a el
─No lo sé, pero usted lo descubrirá pronto.─le dijo
Mihrişah tomo una bocanada de aire, arregló su vestido color verde con bordes brillantes. Caminó por los pasillos con el poder reflejandose en ella, y con Süleyman Agha a su lado.
─¡Atención! Mihrişah Sultan está aquí.─un guardia la anuncio y luego se inclinó ante ella
La joven Sultana entró por los aposentos, encontrándose con una cuna.
─Lamento la tardanza.─se reverenció y luego se acercó a la cuna con un collar entre sus manos.─Para alejar el mal de ojo... Que bello príncipe.
─Bayezid, ese es su nombre─habló el Sultan
─Deseo una vida larga y plena para el Şehzade Bayezid.─sonrió ligeramente
─Gracias, Sultana ─dijo Aynur
─Como es debido, ordenare que preparen nuevos aposentos para ti y el Şehzade Bayezid.
Dicho esto, se dió la vuelta y se fue, y respiró profundo al recordar a su bebé.
1 de Octubre, 1639
Mihrişah regresó a sus aposentos luego de un paseo por el jardín principal, al regresar tapo su boca al ver el cuerpo sin vida de Meryem.
─No, no, no... Meryem ─se arrodilló.─¿Que te hicieron?
Miró y observó a Nesrin, que no estaba golpeada, sino inconsciente.
─Sultana...─oyó la débil voz de la Hatun
─Mis hijos, ¿dónde están Selim y Ekrem? ¡Que hicieron con mis hijos! ¿Dónde están mis bebés?
Miró a su alrededor y solo estaban Serhan, Özlem y Ibrahim.
─Mis niños...─se acercó y acaricio las mejillas de sus tres hijos.─¿Dónde estarán sus hermanos?
─Aynur... Señora mala ─dijo Özlem
─Vino y se llevó a Selim y Ekrem ─dijo Serhan
Mihrişah tensó su mandíbula, estaba furiosa.
─Vengan, vengan... Veremos a su padre.─les dijo
Serhan tomó la mano de su melliza Özlem, y la Sultana tomo a Ibrahim entre sus brazos.
─Vámonos ─giró su rostro con la voz temblorosa
─¿Van a encontrar a nuestros hermanos? ─preguntó Özlem
─Sí, hija ─le respondió, con voz temblorosa
Al llegar a los aposentos, de inmediato abrieron las puertas, encontrándose con Saliha Hatun.
─¿Que pasa, Mihrişah? ¿Por qué trajiste a nuestros hijos?
─Selim y Ekrem...─murmuró tratando de no derrumbarse enfrente de sus hijos.─Mis niños, vayan y jueguen con cuidado.
─Sí, mamá ─dijeron antes de correr hacia un rincón de los aposentos
Murad observó expectante a su consorte, se estaba preocupando por su mirada llorosa.
─Se los llevaron, se llevaron a mis gemelos, mis príncipes ya no están.
─¿Quién se los llevó?
─Aynur, ella es la culpable, Özlem, Serhan e Ibrahim observaron todo, vieron como se llevaban a sus hermanos.─sollozó, con lágrimas recorriendo sus mejillas
─¿Estás segura de que fue ella?
─¿No me cree?
─Dudo que haya sido ella.
─Esto es increíble, Murad. Tus hijos la vieron, ¿y tú no me crees? Mis bebés desaparecieron, ya no están, ¿quien más podría haberselos llevado? ─empezó a alterarse
─Mihrişah, por supuesto que te creo.─beso su frente.─Los encontraremos...
─Mamá, mamá, ¿por qué lloras? ¿Es por nuestros hermanos? ─Serhan se acercó, ladeando su cabeza
─Mi principe, mi amado hijo ─Mihrişah abrazo a su hijo
─No llores ─Serhan limpió las lágrimas de su madre.─Padre traerá a Selim y Ekrem, ¿verdad que sí?
─Sí, Serhan. Vuelve con tus hermanos.
─Mientras no vea a mis hijos, no saldré de mis aposentos y no dejaré que mis niños se separen de mi.
Aunque esas palabras para Mihrişah fueron solo una advertencia, para Murad significaba el fin del mundo, significaba no ver más la preciosa sonrisa de su amada.
