Capitulo 35

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3 de Julio, 1640

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3 de Julio, 1640

Era un bello día en comparación a los anteriores, la joven de cabellos oscuros despertó como siempre lo hacía, de manera alegre, tratando de tener positivismo, pero justo cuando se sentó en la orilla de su cama, Hacı Agha hizo su aparición.

─Sultana, traigo noticias ─dijo con un pergamino entre sus manos

Mihrişah asintio con su cabeza, indicando que prosiguiera.

─Primero que todo, quería decirle que su majestad le regaló el palacio de Ibrahim Paşa, y también, le regaló un palacio recién construido cerca de ese mismo lugar.

─Allah es bondadoso con quién lo merece...─murmuró

─Bueno, también, su sueldo incrementó, ya será más de 4.500 aspers diarios.─dijo

─¿De dónde sacan tanto dinero?

─No lo sé, Sultana.─negó con la cabeza

Y así siguió, hasta que Hacı terminó de informarla y se fue. Luego, un par de criadas se acercaron con unos cuantos vestidos de diferentes colores.

─Mmm... Quiero el amarillo─lo señaló

Luego fue hasta una estantería, dónde estaban sus collares, y escogió el collar de un sol que se lo había dado un historiador Veneciano.

Su cabello iba suelto, cayendo por su espalda en forma de cascada, con una bella corona de diamantes, que la hacía resaltar, junto a su vestido, que tenía escote horizontal.

─Mi Sultana.─Süleyman Agha llegó hasta ella.─La Sultana Kösem desea verla.

─¿La Sultana Kösem?

─Ella desea verla.

─Que pase, veamos que tiene para decir.─se sentó en su diván

Las puertas se abrieron y la Sultana Kösem entró con gran majestuosidad, esa grandeza que nadie podía igualar.

─Sultana.

─Puedo ver qué sigues conservando estos aposentos que me pertenecen.─le dijo, mirando a su alrededor

─Eso fue antes, estos aposentos me pertenecen por orden y derecho.─habló

─Vine, porque quiero volver al palacio, hace mucho que no veo a mis hijas, ni a mis nietos.

─Usted tuvo esa oportunidad antes, y la desperdició, eso ya no es culpa mía. La única persona que puede decidir su destino es el Sultan, y como puede ver, está en la guerra, conquistando tierras.

─Y Allah quiera que vuelva sano y salvo.─apretó un poco su vestido

─No tiene hijos varones, y mi Sultan ya no se considera hijo suyo, todas las Sultanas están a mi lado, la que se queda afuera fue la Sultana Fátma, quién se abstiene a tener una buena relación.

─De todas maneras, el Sultan Murad es mi hijo y siempre lo será.

─Usted nunca lo quiso como tal, de entre tantos príncipes, al único que usted desprecio más fue al Sultan, que sufrió de todo tipo de dolores.─puso sus manos sobre su vientre.─Tengo siete hijos, y cuido a uno más como si también lo fuera.

─Has cambiado bastante, Alessia.

─No, nunca repita ese nombre enfrente de mi, soy la Sultana Mihrişah, eso es lo único que soy.─su paciencia se estaba acabando.─Ya no soy una criada, soy la directora del Harem, soy la esposa legal del Sultan.

─Yo fui regente, eres demasiado joven para entender.─la miró

─Fue suficiente, Kösem. Queda expulsada de la capital, si intenta regresar, la expulsare del Imperio, o aún peor.

─¿Cómo te atreves? ─era claro que intentó matarla con la mirada

─Süleyman Agha─lo llamó sin quitar su mirada de la mujer enfrente de ella.─Lleva a la Sultana Kösem a unos aposentos temporales, denle un par de criadas, se quedará hasta que su majestad vuelva a palacio.








26 de Julio, 1640

Unas pequeñas niñas entraron corriendo con unas bellas risitas. Eran las gemelas de Gevherhan Sultan.

─Sultana Mihrişah ─realizó una reverencia.─Me preguntaba si podíamos cenar juntos aquí.

─Sería un gusto.─sonrió ligeramente

Las gemelas Aysun y Aygül se acercaron a los gemelos Selim y Ekrem, viéndolos de manera curiosa, preguntándose porqué se veían tan iguales, como ellas.

─Son muy extraños─dijo una de ellas, Aygül

─Ustedes también son extrañas─dijo Selim

─¿Jugamos? ─Aysun tomó la mano de Ekrem, el aceptó

Mientras Selim y Aygül discutían, Ekrem y Aysun eran felices riendo y jugando con cualquier cosa.

─Parece que ya encontraron pareja.─Gevherhan soltó una leve carcajada

─No me gusta que crezcan tan rápido, parece como si ayer los había tenido en mis brazos, recién nacidos.─Mihrişah los observó con nostalgia

Mientras tanto, Ibrahim, trataba de caminar, y Serhan lo ayudaba, mientras que Özlem, veía a sus hermanos sentada cerca de su madre.

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