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2 de Marzo, 1642
Los días de la Haseki Mihrişah comenzaban después de los ocho de la mañana, iba directo al Hammam a asearse. Al regresar a sus aposentos, habían cuatro criadas que sostenían entre sus brazos a sus vestidos más nuevos, de los colores más buscados.
Hoy se decidió por uno color blanco, con detalles florales color gris.
─Sultana Mihrişah.─Atike interrumpió en sus aposentos
─¿A qué se debe la intromisión?
─¿Por qué la Sultana madre Kösem está dejando el palacio?
─Es deseo de su majestad, vaya y reclamele al Sultan.─le dijo, tratando de mantener la tranquilidad con la que había despertado
─Yo quiero que se quede, y gobierne el Harem como la Valide Sultan que es.
─Entiéndelo, Atike. El tiempo de tu madre se acabó, ya no es más la directora de este Harem, soy yo la que gobierna las cientos de mujeres aquí.
─No, no y no, apenas si tienes 18 años.
Mihrişah cerró con fuerza sus ojos, no le gustaba que le recordarán que era muy joven para algunas.
─Hace mucho tiempo, Kösem era una Sultana joven, y a pesar de eso, iba por su noveno hijo. Casi al mismo tiempo, otra concubina más joven también estaba embarazada, cuando llegó el momento del nacimiento, la gran Sultana Kösem alegró al Imperio con otro principe, el Sultan Ahmed lo nombró, Kasım, y la otra concubina, lamentablemente murió al dar a luz... o eso dicen esos rumores, dejó sola a su pequeña hija, el Sultan la nombró, Atike.
─Imposible, eres una mentirosa.─retrocedió unos pasos, impactada.─Mi madre es la Sultana Kösem.
─Eso quisieron hacerte creer, las fechas de nacimiento no coinciden para tu nacimiento.─sonrió levemente.─¿Seguirás defendiendola a pesar de la gran mentira? Decían que fue obligada a que fuera ella quien te cuidara, ya que tenía muchas niñas. Pero, sin embargo, te quiso, tal vez para sus propias ambiciones.
Atike negó con la cabeza repetidas veces, luego abandonó los aposentos con gran rapidez.
─Mami, mami.─Serhan corrió hacia su madre.─Ekrem me molestó feo.
─¡Es mentira! Mamá, Serhan es un mentiroso.
─Ekrem, fue suficiente.─le habló con una voz firme.─¿Por qué molestaste a tu hermano?
─El es un altanero.─murmuró.─Al igual que Selim.
─Serhan, hijo mío. Regresa a tus aposentos.─le dedicó una pequeña sonrisa, luego devolvió su mirada a uno de los gemelos.─Ekrem, ven, cariño.
El principe se acercó a su madre, y sus ojos se pusieron llorosos.
─Yo... Ví que Serhan venía con una flor, dijo que era para ti. Yo quise hacer lo mismo, pero el me dijo que yo era un envidioso.─dijo, con voz temblorosa
─¿Y la flor? ─preguntó
Ekrem abrió su mano, y allí estaba la flor, maltratada y de color rosado.
─Lo siento, mamá.
La sonrisa de su madre se ensanchó más, colocó sus manos en sus regordetas mejillas y acercó su rostro para dejar un casto beso en su frente.
─Mi amado hijo, mi niño. No llores, no hay razón para que lo hagas.─dijo
El Şehzade se abalanzó a su madre y la abrazó con todas sus fuerzas, como si en cualquier momento se la fueran a quitar.
─Mi bello bebé, duerme, duerme...─cargó entre sus brazos a Mehmed, que ya tenía dos años.─Serás un gran príncipe, alabado por nuestros súbditos.
A comparación de los demás hijos, Mehmed no hablaba mucho, aunque su melliza era todo lo contrario.
Bien aclaran que Melek Sultan fue la primera en nacer, Mehmed nació unos cinco minutos después un segundo par de mellizos.
24 de Marzo, 1642
Embarazada, Mahpeyker estaba nuevamente embarazada.
─Celebrarán por todo Estambul, le envían todos sus buenos deseos a esa mujer, todo lo que no hacen por mí.─susurró con enojo en su tono.─La nueva Kösem, así fue llamada por los leales a ella.
─Sultana, sabe que no debe estresarse por su embarazo.─Nergis se acercó
─Lo dices como si fuera el primero.─dijo antes de irse.─Tuve ocho hijos, seis príncipes y dos Sultanas, y tengo uno en camino... Un hijo de Mahpeyker, no haría la diferencia, ¿no es así?
